Con el mundo atento a las elecciones presidenciales en Estados Unidos, varios países enfrentan importantes consecuencias según el resultado de la votación, que podría significar para ellos desde una mayor estabilidad hasta lo contrario, es decir, un recrudecimiento de sus conflictos bélicos.
Ucrania
Sería la nación más afectada ante un posible ascenso del partido republicano. Ucrania sigue de cerca los comicios, dado que su supervivencia depende en gran medida de la ayuda militar extranjera. Se espera que una presidencia de Donald Trump ese apoyo se reduzca hasta desaparecer, presionando a ese país a negociar o incluso rendirse ante Rusia y, perder territorio, mientras que Kamala Harris ha prometido continuar el respaldo, aunque esto no es garantía de una victoria en ese conflicto.
Israel/Irán/Medio Oriente
El Medio Oriente también mira de cerca el resultado electoral. Trump ha enfatizado su apoyo a Israel, sugiriendo que sería el protector ideal en su conflicto con Irán y sus representantes, Hamas y Hezbolá. Sus comentarios en Israel han encontrado un eco positivo entre los israelíes, quienes perciben a Trump como una figura que podría dar luz verde a ataques preventivos contra Irán. Harris, en cambio, sigue la línea de Biden, abogando por la desescalada de tensiones en la región.
China
En Asia, China observa con cautela las elecciones, ya que ambos candidatos mantienen una política dura respecto a Pekín. Trump ha propuesto reactivar la guerra comercial, aumentando aranceles en un intento por mejorar el déficit estadounidense, lo que afectaría significativamente la economía china. Harris, aunque crítica de las políticas arancelarias, no ha señalado que los revertirá, lo que indica que las relaciones entre ambos países seguirían tensas.
En definitiva, estas elecciones son cruciales para definir relaciones clave a nivel global, donde cada país tiene mucho que ganar o perder, dependiendo de quién entre en la Casa Blanca.