La cadena de tiendas de conveniencia 7-Eleven, famosa por su emblemático Slurpee, enfrenta una intensa batalla de adquisiciones entre gigantes de dos continentes. Alimentation Couche-Tard, con sede en Canadá, y un grupo japonés encabezado por Junro Ito, hijo del fundador de Seven & i, compiten por hacerse con el control de esta icónica marca.
Una historia de innovación y expansión
Fundada en Dallas en 1927 como Southland Ice Co., 7-Eleven se convirtió en un referente del comercio minorista gracias a su modelo de conveniencia, inicialmente vendiendo hielo, comestibles y gasolina. Su nombre actual nació en 1946, inspirado en su horario extendido de 7 a.m. a 11 p.m. Décadas después, fue pionera en conceptos como las franquicias y los sistemas automatizados de inventario.
En 1990, tras enfrentar problemas financieros, la empresa fue adquirida por su socio japonés, que transformó sus operaciones con un enfoque en alimentos frescos y gestión avanzada de datos. Esto llevó a su expansión global, con más de 85.000 sucursales en 19 países, y la consolidó como la cadena de tiendas de conveniencia más grande del mundo.
El atractivo de 7-Eleven
El éxito de 7-Eleven radica en su capacidad para adaptarse a los mercados locales. Mientras en Estados Unidos destacan productos como los Slurpees y taquitos, en Japón sobresalen las bolas de arroz y el oden. Este modelo de personalización y su dominio del “dashboard dining” —alimentos económicos y portátiles— la convierten en una inversión atractiva para potenciales compradores.
La lucha por el control
Couche-Tard ofreció inicialmente $39 mil millones de dólares para adquirir Seven & i, un conglomerado japonés que controla 7-Eleven. La oferta fue rechazada, alegando que subvaloraba la empresa. Más tarde, los canadienses aumentaron su propuesta a $47 mil millones de dólares, pero enfrentan resistencia de la dirección japonesa y de la propuesta de Junro Ito de mantener la marca en manos locales.
El futuro en juego
Mientras 7-Eleven lucha con la inflación y la disminución de las ventas de tabaco, su modelo de negocio sigue siendo robusto. Decisiones futuras sobre su propiedad definirán no solo el destino de esta cadena, sino también la evolución del mercado global de tiendas de conveniencia.