Con el cambio en la administración presidencial de Joe Biden a Donald Trump, alrededor de 40 millones de prestatarios de préstamos estudiantiles federales deben prepararse para posibles modificaciones en las políticas de alivio de deuda. La incertidumbre rodea el futuro del plan SAVE (Plan de Ahorro para una Educación Valiosa), implementado bajo Biden, y otras iniciativas de condonación.
Los expertos recomiendan que los prestatarios evalúen las opciones de alivio aún disponibles. El programa de condonación para empleados públicos (PSLF), establecido en 2007, probablemente permanecerá intacto, ya que requiere la aprobación del Congreso para ser eliminado. Este programa permite a trabajadores gubernamentales y de organizaciones sin fines de lucro cancelar su deuda tras 10 años de pagos.
Además, el Departamento de Educación ha reabierto dos planes de pago basados en ingresos: el Plan de Pago Según los Ingresos y el Plan de Pago Contingente a los Ingresos. Estas opciones ajustan los pagos según los ingresos familiares y permiten la condonación tras un periodo determinado. La inscripción para estos programas estará disponible hasta julio de 2027.
Los prestatarios también pueden considerar aplazamientos por desempleo o dificultades económicas, además de otras opciones menos conocidas, como aplazamientos por servicio militar o tratamiento médico.
Ante el cambio de administración, es crucial mantener registros actualizados y precisos sobre los pagos y el saldo del préstamo. Verificar esta información con los administradores puede evitar problemas futuros.
En caso de conflictos, los prestatarios pueden presentar quejas al Departamento de Educación o al ombudsman de Ayuda Federal para Estudiantes. La preparación y el seguimiento serán clave para navegar los posibles cambios en las políticas de préstamos estudiantiles.