El presidente Donald Trump se pronunció sobre el trágico accidente que involucró a un helicóptero militar y un avión comercial cerca del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan.
En un mensaje en su plataforma Truth Social, expresó sus dudas sobre la actuación del piloto del helicóptero: “El avión estaba en una línea de aproximación perfecta y rutinaria al aeropuerto… ¿Por qué el helicóptero no subió, bajó o giró? ¡Esto no está bien!”. Sus palabras han avivado el debate sobre las circunstancias del incidente.
“El helicóptero estuvo yendo durante un largo rato directo hacia el avión. Es una NOCHE CLARA, las luces del avión estaban encendidas”.
“Esta es una mala situación que parece que debería haberse evitado. ¡¡¡NO ESTÁ BIEN!!!”, lamentó.
El choque ocurrió la noche del miércoles 29 de enero, cuando un avión Bombardier CRJ700 de American Airlines, con 60 pasajeros y cuatro tripulantes a bordo, colisionó con un helicóptero Black Hawk del ejército estadounidense que transportaba a tres soldados.
Ambas aeronaves cayeron al río Potomac, y hasta el momento se han recuperado 30 cuerpos, según reportes policiales dados a conocer al amanecer del jueves.
Las autoridades aún no han determinado las causas exactas del accidente. La Administración Federal de Aviación indicó que el avión se encontraba en fase de aproximación cuando ocurrió la colisión. Expertos en aviación, como Geoffrey Thomas, han señalado que este tipo de accidentes son poco comunes gracias a los sistemas de alerta de tráfico y evasión de colisiones (TCAS). Sin embargo, el ex piloto de American Airlines Doug Rice explicó que el TCAS pierde efectividad por debajo de los 700 pies, lo que pudo haber influido en el incidente.
El impacto político del accidente también ha sido significativo. La recién confirmada secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, anunció el despliegue de la Guardia Costera para labores de rescate. Por su parte, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, aseguró que el Departamento de Defensa ha iniciado una investigación para esclarecer lo sucedido.
Las condiciones climáticas han dificultado las labores de rescate, con temperaturas bajo cero y vientos fuertes en la zona. John Donnelly, jefe del Departamento de Bomberos de Washington DC, describió la operación como “extremadamente compleja”. Más de 300 socorristas están involucrados en la búsqueda de posibles sobrevivientes.
Mientras tanto, testigos del accidente han ofrecido relatos impactantes. Ari Schulman, quien presenció la colisión desde la autopista George Washington, describió cómo “una lluvia de chispas” iluminó la noche antes de que el avión se precipitara al agua. Otro testigo, Jimmy Mazeo, observó lo que describió como una “bengala blanca” en el cielo antes del impacto.
El accidente ha generado preguntas sobre la seguridad aérea y la efectividad de los controles de tráfico en el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan. Aunque las investigaciones siguen en curso, las declaraciones de Trump han intensificado la discusión sobre si este trágico evento pudo haberse evitado.