En una medida sin precedentes, el gobierno de Donald Trump ha comenzado a trasladar migrantes detenidos a la base naval de Guantánamo, utilizando aviones militares para su transporte.
El primer vuelo partió el martes con entre 9 y 10 inmigrantes, según confirmó Tricia McLaughlin, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, quien los describió como “criminales extranjeros altamente peligrosos”, aunque se negó a dar más detalles.
La decisión marca un giro radical en la política migratoria de Trump, quien busca expandir el centro de detención en Guantánamo para albergar a más de 30,000 migrantes. Además, el Pentágono ya ha planeado la deportación de más de 5,000 inmigrantes retenidos en El Paso, Texas, y San Diego, California, mediante vuelos militares que, según informes, pueden costar hasta $4,675 por persona.
El uso de Guantánamo como centro de detención de migrantes revive una polémica histórica. Aunque la administración insiste en que “no planea retener a personas indefinidamente”, activistas temen que la base se convierta en una cárcel masiva para inmigrantes.
Mientras tanto, la prisión de alta seguridad en Guantánamo, donde aún quedan 15 detenidos, ha sido duramente criticada por la ONU, que ha calificado el trato a los reclusos como “cruel, inhumano y degradante”. A pesar de los intentos de Obama y Biden por cerrarla, Trump ha reafirmado su intención de mantenerla operativa y ahora ampliarla para detener migrantes.