El presidente Donald Trump ha vuelto a sacudir la política internacional con una amenaza directa contra Irán, asegurando que el país sería “aniquilado” si intentara asesinarlo. “Si lo hicieran, serían aniquilados. Sería el fin”, declaró Trump desde la Oficina Oval, revelando que ha dejado instrucciones claras para ejecutar esta represalia en caso de su muerte.
Durante la firma de una orden destinada a aumentar la presión sobre Teherán, Trump ordenó al secretario del Tesoro, Scott Bessent, y al secretario de Estado, Marco Rubio, reforzar las sanciones contra el petróleo iraní con el objetivo de reducir sus exportaciones a “cero”.
Trump también criticó a su antecesor, afirmando que “Biden debería haberlo dicho, pero nunca lo hizo. No sé por qué. Tal vez por falta de inteligencia”.
El conflicto entre Trump e Irán no es nuevo. La república islámica ha sido acusada de intentar asesinar al expresidente y a miembros de su gabinete en venganza por el asesinato del general Qasem Soleimani en 2020, una orden dada por el propio Trump.
Pese a estas amenazas, Trump eliminó equipos de seguridad que protegían a su exsecretario de Estado, Mike Pompeo, y a su exasesor de seguridad nacional, John Bolton. Las tensiones aumentan aún más tras revelaciones de que Irán habría pirateado datos de personas cercanas a Trump, en un intento de socavar su candidatura para 2024.
Mientras tanto, Biden sigue resistiendo la presión para endurecer sanciones económicas, pese a informes que indican que Irán ha obtenido $88 mil millones por la venta ilegal de petróleo desde 2021.
La escalada de amenazas y acusaciones deja en el aire una peligrosa incertidumbre en el panorama global.