La administración de Donald Trump evalúa reinstaurar un controvertido programa que permitiría a las fuerzas del orden locales arrestar a inmigrantes indocumentados en controles de tráfico y patrullajes. Esta medida reviviría el “modelo de grupo de trabajo”, eliminado en 2012 por la administración de Barack Obama tras denuncias de abuso de poder y discriminación racial.
El alto funcionario del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), Russell Hott, confirmó que la agencia está considerando “potencialmente reactivar el modelo de grupo de trabajo en un futuro muy cercano”. Este programa, parte del 287(g), facultaría a ciertos oficiales estatales y locales a interrogar y detener a sospechosos de violar leyes de inmigración.
Los críticos advierten sobre el peligro de este sistema. Spencer Amdur, abogado de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), señaló que “han dado lugar a todo tipo de detenciones ilegales, discriminación racial y aplicación indebida de la ley”.
Algunos estados y condados ya han retomado la cooperación con el ICE. En Nueva York, el condado de Nassau ha integrado a 10 detectives al programa.
Mientras tanto, Tom Homan, zar fronterizo de Trump, busca duplicar el número de camas de detención del ICE, facilitando deportaciones masivas. “Los sheriffs de este país están preparados”, afirmó el presidente de la Asociación Nacional de Sheriffs, Kieran Donahue.