En una jugada que promete sacudir el comercio global, el presidente Donald Trump firmó un plan para imponer aranceles “recíprocos” a los países que graven productos estadounidenses. “Nos cobrarán, les cobraremos exactamente lo mismo”, sentenció el mandatario desde la Casa Blanca.
El plan no contempla exenciones ni para aliados ni para adversarios, dejando claro que Estados Unidos responderá con la misma moneda a cualquier país que limite su acceso al mercado. “En casi todos los casos, nos cobran mucho más de lo que les cobramos nosotros, pero esos días ya pasaron”, advirtió Trump.
El memorando presidencial ordena al Representante Comercial de EE.UU. evaluar acuerdos comerciales en busca de déficits injustos.
Países como Brasil están en la mira: mientras gravan el etanol estadounidense con un 18%, EE.UU. solo les aplica un 2.5%. Ahora, esta disparidad podría desaparecer.
El secretario de Comercio, Howard Lutnick, y el representante comercial estadounidense presentarán un informe detallando aranceles país por país, con un plazo de entrega para el 1 de abril. Luego, el director de la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB), Russ Vought, dispondrá de 180 días para evaluar el impacto financiero de la medida.
Mientras los críticos advierten sobre el riesgo de encarecimiento de productos para los consumidores, Trump se mantiene firme: “Los precios pueden subir en el corto plazo, pero a largo plazo harán de nuestro país una fortuna”.
Sugirió que las empresas podrían evitar los aranceles trasladando su producción a EE.UU. “Los empleos aumentarán enormemente. Esto debería haberse hecho hace muchos años”, concluyó.
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