La recuperación llega en medio de un contexto complicado para la compañía, que ha enfrentado boicots de consumidores, caída en la demanda y una imagen pública afectada por la creciente vinculación política de su CEO, Elon Musk. La situación ha derivado incluso en actos vandálicos y ataques a instalaciones de Tesla en Estados Unidos y Europa.
Después de nueve semanas consecutivas de pérdidas, Tesla logró un inesperado rebote en Wall Street este lunes, al cerrar con una subida del 11.9%, su mayor ganancia desde el 7 de noviembre de 2024, un día después del triunfo electoral de Donald Trump.
Con este impulso, Tesla se convirtió en la acción con mejor rendimiento del S&P 500 en la jornada, aunque sigue cotizando más de un 44% por debajo de su máximo histórico alcanzado en diciembre.
Morgan Stanley recientemente recortó sus estimaciones de entregas para el primer trimestre, proyectando una baja del 9% interanual debido a la presión de la competencia y el deterioro de la percepción de la marca.
El repunte también fue impulsado por un informe del Wall Street Journal que sugiere que los aranceles que Trump planea imponer a partir del 2 de abril serían más selectivos de lo esperado, lo que generó alivio en los mercados. Bloomberg agregó que algunos países podrían quedar excluidos, aunque ambas fuentes advirtieron que los planes aún podrían cambiar.
En una reunión con empleados, Musk instó a mantener las acciones y aseguró que el Model Y volverá a liderar las ventas globales este año.
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