La inflación subyacente en Estados Unidos volvió a sorprender al alza en febrero, lo que podría frenar cualquier intento cercano de la Reserva Federal por bajar las tasas de interés. Según informó el Departamento de Comercio, el índice de precios del gasto de consumo personal básico (PCE) subió un 0.4 % mensual, superando las expectativas del 0.3 %, y alcanzando una tasa interanual del 2.8 %.
Este indicador, clave para la FED por excluir alimentos y energía, refleja mejor la tendencia inflacionaria de largo plazo. La cifra de febrero representa el mayor aumento mensual desde enero de 2024, lo que genera nuevas dudas sobre la rapidez con que se podría alcanzar la meta del 2 %.
El informe también mostró que el gasto de los consumidores creció un 0.4 %, por debajo del 0.5 % previsto, mientras que los ingresos personales subieron un notable 0.8 %, duplicando las estimaciones.
Los mercados reaccionaron con cautela: los futuros bursátiles bajaron brevemente y los bonos del Tesoro vieron disminuir sus rendimientos. La tasa de ahorro personal, en cambio, subió al 4.6 %, reflejando mayor prudencia entre los hogares.
“Parece que una Fed que se mantiene a la expectativa aún tiene que esperar”, explicó Ellen Zentner, de Morgan Stanley, al advertir que la inflación, aunque no excesiva, sigue sin dar margen a recortes inmediatos.
Todo esto ocurre en medio de la incertidumbre sobre los aranceles propuestos por Donald Trump, que podrían elevar aún más los precios. Aunque los economistas suelen verlos como impactos temporales, el alcance y la posible escala global del conflicto comercial podrían cambiar las reglas del juego.
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