Por un momento, pareció que las buenas noticias volverían a reinar en los mercados. El informe de inflación de marzo reveló una caída intermensual de precios y una inflación subyacente en su nivel más bajo desde 2021. Sin embargo, cualquier esperanza se desvaneció casi de inmediato.
La confirmación de que la Casa Blanca impondrá un arancel del 145% a las importaciones chinas desató un nuevo vendaval que borró el entusiasmo del día anterior.
El índice S&P 500 cerró la jornada con una caída del 3.5%. el Promedio Industrial Dow Jones bajó un 2.5% y el Nasdaq Composite retrocedió en 4.31%.
Los bonos del Tesoro a largo plazo se desplomaron, disparando los rendimientos tras un breve respiro.
El dólar cayó por tercer día consecutivo, ya que los operadores liquidaron activos estadounidenses en favor de divisas refugio como el franco suizo, que registró su mayor alza en una década. Como si no fuera suficiente, los precios del petróleo siguieron cayendo.
El mercado ignora la caída de la inflación y sucumbe a la escalada arancelaria
La caída de los precios no fue suficiente para sostener el impulso alcista. El índice S&P 500 retrocedió el jueves, reflejando la creciente ansiedad de los inversores. Para Erica York, economista de la Tax Foundation, un arancel de tres dígitos “prácticamente corta todo el comercio” con China.
Las consecuencias de este encarecimiento, aún no reflejadas en el reporte inflacionario de marzo, podrían distorsionar el panorama económico a partir de abril.
Recesión calculada: el riesgo aceptado de Trump
Según The Wall Street Journal, el propio presidente Trump admitió en privado que su plan tributario podría llevar a una recesión, aunque aseguró que no permitirá una depresión. Su cambio de postura arancelaria del miércoles habría sido motivado por el pánico en el mercado global de bonos, cuyo valor supera los $140 billones, de los cuales $47 billones corresponden a renta fija estadounidense.
Incertidumbre total en el mercado
El breve repunte fue apenas una tregua. Aunque los rendimientos de los bonos cedieron tras el viraje presidencial, la caída de las acciones este jueves confirmó que la volatilidad no ha terminado. Con una economía oscilando entre datos alentadores y decisiones imprevisibles, Wall Street se enfrenta a un laberinto de incertidumbre… sin mapa a la vista.
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