Merck ajustó a la baja su previsión de ganancias para 2025, citando un impacto previsto de $200 millones por tarifas comerciales, especialmente entre Estados Unidos y China. Su nuevo rango de ganancias por acción, entre $8.82 y $8.97, queda por debajo del cálculo anterior. Además, la farmacéutica aplicó un cargo único de 6 centavos por acción vinculado a un acuerdo con la china Hengrui Pharma.
Aunque la compañía destacó resultados trimestrales sólidos —ganó $2.22 por acción frente a los $2.14 esperados, con ingresos de $15,530 millones— el panorama se complica.
Las ventas netas bajaron 2% respecto al año pasado y la unidad farmacéutica también cayó 3%. El emblemático tratamiento contra el cáncer, Keytruda, recaudó $7,210 millones, por debajo de los $7,430 millones que proyectaban los analistas.
A eso se suman tensiones con China, donde las ventas de Gardasil se desplomaron 41%, a $1,330 millones. Merck había suspendido sus envíos a ese país en febrero y no prevé retomarlos antes de mediados de 2025. Las represalias chinas con aranceles del 125% a productos de EE. UU. hacen temer desabastecimiento.
No todo fueron malas noticias: el negocio de salud animal creció 5%, alcanzando $1,590 millones. Sin embargo, con un entorno político hostil, tensiones geopolíticas y patentes clave en riesgo, Merck sabe que la ciencia sola no basta. El futuro se juega también en los despachos comerciales.
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