Todo comenzó como una celebración, con brindis de optimismo y promesas de crecimiento. Pero apenas 100 días después, la realidad se encargó de borrar la euforia y pintar los números de rojo intenso.
El S&P 500 ha caído un 7.9% desde que Donald Trump asumió la presidencia el 20 de enero, marcando el segundo peor desempeño en un inicio de mandato desde el colapso del mercado durante la era de Richard Nixon en 1973, según CFRA Research. En aquel entonces, las medidas económicas fallidas desembocaron en una recesión y acabaron con la renuncia presidencial.
En promedio, el S&P 500 suele subir un 2.1% en los primeros 100 días de gobierno, pero esta vez la historia fue distinta. Después de una subida del 3.7% entre la elección y la investidura, impulsada por la esperanza de recortes de impuestos y desregulación, el mercado giró bruscamente a la baja. Las iniciativas agresivas de Trump en materia de comercio encendieron temores de inflación y recesión, provocando una caída estrepitosa.
Abril fue un mes especialmente doloroso: el índice se desplomó un 10% en solo dos días tras el anuncio de nuevos aranceles recíprocos. Aunque Trump moderó su postura otorgando pausas de 90 días para negociar, el daño ya estaba hecho. “Sigo pensando que se trata de un repunte bajista”, advirtió Jeffrey Hirsch, editor del Stock Trader’s Almanac.
El S&P 500, que había tocado los 6,144.15 puntos en febrero, cerró el viernes en 5,525.21, eliminando todas las ganancias postelectorales. Con dos días de negociación por delante, Trump aún podría evitar batir el peor récord, pero la sombra de la incertidumbre sigue pesando sobre Wall Street.
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