Las calles de Los Ángeles ardieron en protestas, gritos y consignas, mientras helicópteros sobrevolaban y vehículos militares se desplegaban entre los manifestantes. Lo que parecía una más de las habituales jornadas de resistencia social en California, terminó por desatar un terremoto político entre el gobierno estatal y la Casa Blanca.
Pleito se va a tribunales
La chispa fue encendida por el presidente Donald Trump, quien autorizó el despliegue de al menos 300 efectivos de la Guardia Nacional en Los Ángeles durante el fin de semana, citando la necesidad de proteger a los agentes federales tras las recientes operaciones de deportación. Esta decisión, tomada sin el consentimiento del gobernador Gavin Newsom, desató la furia de las autoridades californianas, que respondieron con una demanda liderada por el fiscal general del estado, Rob Bonta.
“No tomamos a la ligera el abuso de autoridad del presidente y la movilización ilegal de tropas de la Guardia Nacional de California”, declaró Bonta en una conferencia de prensa. El objetivo legal: dejar sin efecto la orden presidencial que, según el gobierno estatal, viola la soberanía de California.
Trump invocó el Título 10 del código federal, alegando su derecho a movilizar tropas para “ejecutar las leyes de los Estados Unidos”. Pero Bonta respondió con dureza: “El estatuto dice que el Presidente puede desplegar la Guardia Nacional si hay una rebelión —no hay rebelión—; si hay una invasión —no hay invasión—; o si no puede ejecutar las leyes —eso tampoco es un problema”.
Tensión al límite
La respuesta de Newsom no se hizo esperar. En su cuenta de X, calificó la medida como “un paso inequívoco hacia el autoritarismo que amenaza los cimientos de nuestra república”. Más aún, advirtió que esta decisión podría sentar un peligroso precedente para otros estados.
Por su parte, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, denunció que se trató de una “escalada caótica” y exigió que la orden fuera revocada. Pero Trump, lejos de recular, defendió su decisión y sostuvo que sin la intervención militar, “Los Ángeles habría sido arrasada”.
Los arrestos y el caos no cesan
El Departamento de Policía de Los Ángeles reportó más de 10 arrestos durante el fin de semana, mientras que la Patrulla de Carreteras de California detuvo a otras 17 personas. Las manifestaciones, motivadas por las recientes redadas migratorias, no han terminado. Los organizadores ya anunciaron más marchas para los próximos días en distintas ciudades.
La confrontación escaló aún más cuando Newsom retó públicamente al zar fronterizo de Trump, Tom Homan, a arrestarlo. “Es un tipo duro. ¿Por qué no lo hace? Él sabe dónde encontrarme”, ironizó. Trump respondió sin titubeos: “Yo lo haría, si fuera Tom. A Gavin le gusta la publicidad”.
Una guerra legal en expansión
Según Bonta, California ha presentado cerca de dos docenas de impugnaciones legales contra la administración Trump en apenas 19 semanas. Esta nueva demanda se suma a una batalla creciente por el control, el poder y los principios democráticos.
Mientras tanto, el país observa. Porque lo que comenzó como una protesta en las calles, amenaza con transformar el mapa político de la nación.
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