Antonio Filosa hereda una compañía con ventas desplomadas, tensión interna y críticas de inversionistas. Ahora promete rescatarla con una fórmula de fábrica, filosofía y firmeza.
No todos los días un director ejecutivo cita a su mentor fallecido como brújula moral en su primer día en el cargo. Mucho menos en la volátil industria automotriz, donde las curvas no siempre son previsibles.
Antonio Filosa, nuevo CEO de Stellantis, se estrenó con una advertencia que sonó más a declaración de guerra interna que a presentación de bienvenida: “La mediocridad no vale la pena el viaje”. La frase, heredada del legendario Sergio Marchionne —quien salvó a Fiat y a Chrysler del colapso— marca el tono de una gestión que arranca en medio de una crisis de confianza, pérdidas millonarias y una plantilla herida.
De la pintura nocturna al despacho principal
Filosa, de 51 años, conoce Stellantis desde sus entrañas: comenzó en el turno de noche del taller de pintura en España y ascendió durante 25 años. Su reputación como “líder colaborador” lo distingue, y su estilo recuerda al de Marchionne. “Crecimos bajo su tutela”, dijo Ralph Gilles, jefe global de diseño. “Es visionario, dinámico… un gran oyente”.
Sin embargo, no todos están convencidos. Algunos analistas lo ven como una elección “lógica pero poco inspiradora”. Cuando se anunció su nombramiento, las acciones en EE. UU. cayeron 3.2% y desde entonces han retrocedido 10%. Según UBS, su interacción con los mercados financieros ha sido limitada.
Herencia pesada y cifras preocupantes
Carlos Tavares, su predecesor, dejó una mezcla de logros y resentimientos. Tras liderar la fusión que creó Stellantis, renunció en diciembre luego de choques con la junta, caída del 70% en las ganancias netas de 2024 y una debacle en ventas. Entre 2021 y 2024, las ventas globales cayeron de 6.5 a 5.7 millones de unidades. Solo en Estados Unidos, las ventas se desplomaron un 27%, reduciendo su cuota de mercado del 11.6% al 8%.
Durante su mandato, los vínculos con concesionarios y empleados se erosionaron. El Consejo Nacional de Distribuidores llegó a publicar una carta abierta denunciando una red “anémica y disminuida”.
¿Electrificar o resistir?
Uno de los mayores desafíos será navegar la transición hacia los vehículos eléctricos. “Necesitamos gestionar la transición”, dijo Filosa en enero. Aunque defiende la electrificación, plantea que el ritmo debe ajustarse a las realidades del mercado. También reconoce la urgencia de recuperar el terreno perdido en EE. UU.: “La cuota de mercado minorista realmente mide tu capacidad para aumentar las ventas orgánicamente”.
Para lograrlo, Stellantis apuesta a nuevos modelos como el renovado Jeep Cherokee, las próximas Ram 1500 y el regreso del Dodge Charger a gasolina.
Entre la presión y la promesa
Filosa ya ha visitado plantas en Estados Unidos, Canadá y Europa, reuniéndose con empleados y directivos. Su prioridad es clara: restablecer la confianza, revitalizar ventas y optimizar la cartera de 14 marcas.
“Ha sido mi hogar durante 25 años. Llevo este lugar en la sangre”, escribió en LinkedIn tras su nombramiento.
Marchionne dejó una vara alta, pero también una guía: “Nuestra cultura responde mejor cuando se enfrenta a un propósito y a un desafío”. Ahora es turno de Filosa de demostrar que, para Stellantis, la mediocridad ya no es una opción.