Con la frontera segura, expertos afirman que solo una ola migratoria legal podrá evitar el colapso del mercado laboral y garantizar el crecimiento económico del país. Una economía sin fuerza laboral es como un motor sin combustible: puede tener potencia, pero no se mueve. Y según un nuevo estudio, Estados Unidos está a punto de quedarse sin gasolina si no actúa rápido.
Ahora que la frontera sur está bajo control, el grupo conservador Unleash Prosperity lanzó un informe que insta al presidente Donald Trump y al Congreso a abrir las puertas a la inmigración legal. “Es probable que los inmigrantes sean más valiosos que nunca para lograr un mayor crecimiento económico en las próximas décadas”, asegura el análisis, firmado por Richard Vedder, Matthew Denhart y Stephen Moore.
El estudio propone aumentar las cuotas de entrada anuales y expandir programas clave como las visas H-1B (para trabajadores de alta tecnología), H-2B (trabajo estacional) y EB-5 (inversionistas extranjeros). El objetivo es simple: reforzar una fuerza laboral que se debilita por la jubilación de los baby boomers y el descenso de nacimientos en el país.
“El extraordinario aumento de los recursos productivos —de forma desproporcionada, inmigrantes— ha dado a Estados Unidos una ventaja competitiva”, dice el informe, que subraya que durante la última década, los inmigrantes ocuparon casi el 40% de los nuevos empleos.
Inmigrantes: el motor oculto de EE. UU.
Según los autores, los inmigrantes en edad laboral tienen más probabilidades de estar empleados que los nacidos en el país (65% frente a 60%), y representan la mitad del crecimiento de la fuerza laboral en los últimos diez años. Además, destacan que casi el 50% de las empresas del índice Fortune 500 fueron fundadas por inmigrantes o sus hijos.
“Hay una manera correcta y una incorrecta de gestionar la inmigración. Los estadounidenses apoyarán que se haga correctamente”, afirmó Stephen Moore, uno de los cofundadores del think tank y asesor económico del presidente Trump.
El informe también pone como ejemplo a Elon Musk (Tesla, SpaceX), Sundar Pichai (Google) y Jensen Huang (NVIDIA), líderes de tres de las empresas tecnológicas más influyentes de EE. UU., todos nacidos fuera del país.
Un futuro incierto sin migración
Los datos son claros: entre 2020 y 2040, todo el crecimiento neto de la fuerza laboral será responsabilidad de los inmigrantes. Y mientras la tasa de natalidad sigue en caída —de más de tres hijos por mujer en los años 60 a menos de dos hoy—, el país enfrenta un dilema.
“Sería difícil argumentar que esto ha desplazado a los estadounidenses de sus empleos, ya que la tasa de desempleo se ha mantenido relativamente baja”, escriben los autores.
Con la Ley de Reducción de Impuestos y Empleos de 2017 llegando a su fin y la meta de Trump de mantener un crecimiento económico del 3% anual, los expertos advierten: sin inmigrantes, ese sueño podría evaporarse. La historia de Estados Unidos se construyó con migrantes. Y su futuro, parece, también dependerá de ellos.
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