Una ola de desconcierto se extiende por los pasillos del Congreso. Mientras algunos aplauden con entusiasmo, otros advierten que las consecuencias podrían ser devastadoras para millones de estadounidenses.
El llamado proyecto de ley One Big Beautiful Bill, promovido por el presidente Donald Trump y respaldado por legisladores republicanos, busca transformar el sistema de salud pública a través de recortes profundos al programa Medicaid. Aunque el parlamentario del Senado rechazó medidas como los límites a los impuestos estatales a proveedores, otras disposiciones de alto impacto siguen vigentes: requisitos laborales obligatorios y controles de elegibilidad más frecuentes.
“Allison Orris, del Center on Budget and Policy Priorities, advirtió: ‘El proyecto de ley del Senado, al igual que el de la Cámara de Representantes, incluye profundos recortes a Medicaid y otros programas de salud, y es profundamente perjudicial’”.
Requisitos laborales y más evaluaciones
La propuesta exige que los beneficiarios trabajen al menos 80 horas al mes para conservar su cobertura. Además, se implementarán redeterminaciones cada seis meses, un cambio que podría afectar directamente a los más vulnerables.
A pesar de los bloqueos parciales, el Senado dejó abierta la posibilidad de que algunas cláusulas reaparezcan en redacciones futuras. Entre ellas, se encontraba también la exclusión de ciertos inmigrantes no ciudadanos del sistema, otra medida polémica rechazada momentáneamente.
Financiamiento estatal en riesgo
Los llamados “impuestos a proveedores” permiten a los estados cubrir parte de su gasto en Medicaid. Limitar esta herramienta podría reducir el gasto federal, generando consecuencias graves. Orris advirtió que los estados podrían “tomar decisiones que resulten en la pérdida de cobertura”.
Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, el proyecto de ley reduciría el gasto federal en Medicaid en casi $800,000 millones. Solo la versión de la Cámara prevé que alrededor de 400,000 personas pierdan su cobertura por el ajuste en los impuestos.
Millones podrían quedar desprotegidos
Third Way, un grupo de expertos con sede en Washington D.C., estima que más de 7,8 millones de personas perderían Medicaid si se aplican todos los cambios propuestos, incluyendo la expiración de subsidios clave de la Ley de Atención Médica Asequible.
Además, los hospitales rurales serían especialmente golpeados. Legisladores advirtieron que podrían verse obligados a recortar servicios o incluso cerrar ante la pérdida de financiamiento.
Las consecuencias económicas también serían notables. Según Third Way, la reforma podría incrementar la deuda médica en $50,000 millones, un salto del 15% sobre los $340,000 millones actuales en cuentas impagas.
Mientras el Congreso debate, la administración Trump sigue decidida a avanzar mediante la conciliación presupuestaria, un mecanismo que permite aprobar el proyecto solo con mayoría simple, evitando la oposición demócrata.
“El proyecto aún puede volver más fuerte”, advirtió un asesor del Senado. Con millones de vidas en juego, el resultado de esta iniciativa podría marcar un antes y un después en la historia de la salud pública en Estados Unidos.
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