Una tensión invisible crece en los pasillos del poder económico. Mientras los mercados intentan interpretar señales, una jugada política podría alterar drásticamente la independencia de la Reserva Federal.
Trump prepara su ofensiva contra Powell
El presidente Donald Trump está considerando anunciar anticipadamente al sucesor de Jerome Powell como presidente de la Reserva Federal, a pesar de que el actual titular aún tiene 11 meses de mandato por delante.
La intención de Trump sería ejercer presión sobre la política monetaria, especialmente en un momento en que considera que Powell actúa con excesiva cautela. “Afortunadamente, se irá pronto, porque creo que es terrible”, lanzó Trump con contundencia durante una conferencia de prensa reciente.
Nombres en la lista: lealtad, juventud y presencia mediática
Entre los nombres que Trump baraja están Kevin Warsh, Kevin Hassett y Scott Bessent. Warsh ya fue entrevistado para este cargo hace años, pero su “juventud” y estilo no convencieron entonces. Ahora, con un nuevo contexto, ha dicho en privado que “no me sorprendería que el presidente presentara una nominación antes de lo habitual”. Aunque algunos asesores temen que Warsh pueda actuar con independencia, él mismo lo admite: “Mi defecto fatal es que digo lo que creo”.
Por su parte, Bessent ha manifestado estar dispuesto a seguir las órdenes del presidente: “Estoy feliz de hacer lo que el presidente Trump quiere que haga”. Con amplia experiencia en Wall Street, su figura se perfila como una opción que combinaría obediencia con capacidad de ejecución.
Subrayar la independencia o rendirse ante la presión
Powell, por su parte, se mantiene firme. “Lo único que quiero hacer en lo que me queda de tiempo en la FED es que la economía se fortalezca y la inflación esté bajo control”, declaró ante el Congreso. Y advirtió: “Si cometemos un error, la gente pagará las consecuencias durante mucho tiempo”.
La Reserva Federal, históricamente independiente desde los años 70, enfrenta ahora una amenaza política directa. Según Douglas Rediker, economista y consultor en Washington, “cuanto antes nombre Trump a su candidato, más grande será el blanco en la espalda de esa persona”.
El “presidente en la sombra”: una idea que divide
La idea de instalar un “presidente en la sombra” ha sido debatida por los asesores de Trump. Bessent la defendió en su momento, pero tras fuertes críticas —como la de su mentor Stanley Druckenmiller, quien la calificó de “horrible e irresponsable”—, se retractó.
Mientras tanto, otros nombres suenan: David Malpass, exjefe del Banco Mundial y defensor de los recortes de tasas, o Christopher Waller, actual gobernador de la Fed, quien ya ha abogado públicamente por bajar los tipos en la próxima reunión. Su perfil técnico y su experiencia lo hacen atractivo, aunque su falta de cercanía con Trump lo relega.
Una jugada de alto riesgo político y económico
Si Trump actúa antes de lo previsto, podría generar inestabilidad en los mercados y debilitar la confianza en la institución. El nombramiento anticipado puede ser visto como una amenaza directa a la independencia de la FED. En palabras de Powell: “Quiero cederle la responsabilidad a mi sucesor en condiciones estables… Es lo único en lo que pienso”.
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