Una disparidad imposible de ignorar: los datos oficiales de empleo en Estados Unidos revelaron una mejora inesperada en junio, pero el informe paralelo de ADP parece contar una historia completamente diferente. Y esa brecha no ha pasado desapercibida para los analistas.
Empleo público impulsa las cifras
Según la Oficina de Estadísticas Laborales, las nóminas no agrícolas aumentaron en 147,000, superando la estimación de 110,000 y revirtiendo temores de una desaceleración mayor. Sin embargo, ADP, que mide únicamente las nóminas privadas, reportó una caída de 33,000 empleos, una divergencia que ha levantado más de una ceja en el sector financiero. Para agregar más complejidad, la tasa de desempleo también cayó al 4.1%, sorprendiendo a quienes esperaban un incremento al 4.3%.
Buena parte del crecimiento provino del empleo gubernamental, que agregó 73,000 puestos, lo que representa aproximadamente la mitad del total del mes. “El aumento de empleos y la sorprendente caída del desempleo son, sin duda, buenas noticias, pero para quienes buscan trabajo fuera de los sectores de la atención médica y la asistencia social, el gobierno local y la educación pública, es probable que las ganancias suenen falsas”, escribió Cory Stahle, economista de Indeed Hiring Lab.
Un mercado dividido y señales mixtas
En Wall Street, los índices reaccionaron con fuerza: el S&P 500 y el Nasdaq Composite marcaron nuevos récords, mientras los bonos del Tesoro a 10 años vieron subir su rendimiento. Simultáneamente, se conoció que las ventas del iPhone en China crecieron 8% en el segundo trimestre, primera alza interanual en dos años.
Triunfo legislativo y advertencia comercial
En paralelo, el Congreso aprobó el gigantesco plan de impuestos y gastos de Donald Trump, conocido como “One Big Beautiful Bill”, con 218 votos a favor y 214 en contra. La aprobación representa un triunfo político clave para el presidente. Parte del alivio bursátil vino, precisamente, de enmiendas a ese proyecto que beneficiaron a empresas de energías renovables.
Al cierre de la semana, una noticia internacional completó el giro proteccionista de Washington: Vietnam aceptó un arancel del 20% para evitar el 46% impuesto inicialmente por Trump. “Lo que aprendimos del acuerdo de Vietnam es que, en todo caso, los aranceles van a subir a partir de ahora, no a bajar”, declaró Sebastian Raedler de BofA a CNBC.
Así, entre informes laborales que no encajan y señales de política comercial cada vez más agresiva, los mercados deben enfrentar lo que parece ser una nueva normalidad: la incertidumbre como único dato confiable.
¿Qué podría justificar estas diferencias?
La desconexión entre los datos de ADP y BLS no es menor. Algunos economistas sugieren que refleja un cisma estructural en el mercado laboral, donde la salud del sector público enmascara una fragilidad subyacente en el privado.
La disparidad entre los datos de ADP y los de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) se debe, en gran parte, a diferencias metodológicas y de alcance. ADP reporta solo empleos del sector privado, excluyendo al gobierno, mientras que la BLS incluye el empleo público.
ADP se basa en su propia base de nóminas procesadas, lo que puede reflejar más rápidamente ciertos cambios del mercado, pero no capta toda la economía.
La BLS, por su parte, utiliza encuestas más amplias y ajustadas estacionalmente. Esta combinación de enfoques distintos puede generar cifras opuestas en magnitud y dirección, aunque ambas reflejen partes complementarias del mercado laboral.
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