Elon Musk reconoce tiempos turbulentos mientras caen ingresos automotrices y se esfuman beneficios fiscales
La expectativa era alta, pero el golpe fue contundente. Tesla volvió a quedar por debajo de las proyecciones de Wall Street, al reportar ingresos automotrices que cayeron por segundo trimestre consecutivo y con ellos, un descenso de la confianza en el gigante de los vehículos eléctricos. Las cifras hablan por sí solas: $22,500 millones en ingresos totales, frente a los $22,740 millones que esperaban los analistas, y apenas $0.40 por acción, cuando se proyectaban $0.43.
“No digo que los tengamos, pero podríamos tener algunos trimestres difíciles”, advirtió Elon Musk, anticipando un panorama incierto mientras las acciones se desplomaban más de 4% tras el cierre. Su advertencia no llegó sola. Vaibhav Taneja, CFO de Tesla, apuntó al aumento de los aranceles y la expiración del crédito fiscal federal de $7,500 como factores de presión: “Es posible que no podamos garantizar la entrega de los pedidos realizados a finales de agosto y posteriormente”.
Ventas estancadas y créditos en declive
Los ingresos por venta de automóviles fueron de $16,700 millones, muy por debajo de los $19,900 millones reportados en el mismo periodo del año anterior. Los créditos regulatorios, una fuente clave de ingresos para Tesla, también sufrieron un duro golpe: $439 millones frente a los $890 millones del año pasado. A esto se suma una caída de 14% en las entregas de vehículos, que se ubicaron en 384,000 unidades.
La creciente presión también proviene de la política. Musk ha invertido grandes sumas en la campaña de reelección de Donald Trump, y su rol en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) ha generado controversia por el desmantelamiento de agencias y la eliminación de regulaciones clave. Esto ha alimentado el rechazo de consumidores tanto en EE. UU. como en Europa.
Robotaxis, retrasos y rivales chinos al acecho
Frente al descenso en ingresos netos a $1,170 millones, Tesla intenta mantener el entusiasmo con sus planes futuristas: robotaxis y robots humanoides Optimus. En junio, comenzó un piloto de robotaxi en Austin con acompañante humano. “Seguiremos mejorando y ampliando el servicio… eventualmente sin un pasajero de seguridad”, prometió la compañía.
Sin embargo, Tesla está rezagada frente a Waymo, de Alphabet, que ya opera servicios comerciales en varias ciudades. Musk aún confía en lograr que “los viajes autónomos estén disponibles para aproximadamente la mitad de la población estadounidense para fines de este año, sujeto a aprobaciones regulatorias”.
En medio de estas turbulencias, el segmento de Supercarga de Tesla mostró un 17% más de utilidad bruta, sumando 2,900 nuevas estaciones para alcanzar un total de 7,377. Sus activos digitales también aumentaron, pasando de $722 millones a $1,240 millones.
Tesla tiene aún muchos kilómetros por recorrer. La producción del Modelo 2, más asequible, arrancó en junio, pero su volumen no se espera hasta la segunda mitad de 2025. El mercado, mientras tanto, exige resultados más concretos.
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