La escena internacional volvió a poner a una de las empresas más valiosas de Wall Street bajo los reflectores. Desde Londres, en plena gira junto al presidente Donald Trump, el CEO de Nvidia, Jensen Huang, rompió el silencio tras conocerse un reporte que apunta a un duro revés para su negocio en Asia.
El Financial Times informó que la Administración del Ciberespacio de China ordenó a gigantes como ByteDance y Alibaba no adquirir el chip RTX Pro 6000D, diseñado por Nvidia específicamente para ese mercado. Consultado al respecto, Huang no ocultó su molestia: “sólo podemos estar al servicio de un mercado si el país así lo quiere. Probablemente contribuimos más al mercado chino que la mayoría de los países. Y estoy decepcionado con lo que veo”.
El ejecutivo recordó que la relación con China ha sido “una especie de montaña rusa” en los últimos años y admitió haber recomendado a los analistas que “no incluyan a China en sus pronósticos financieros”. Según dijo, gran parte del futuro de su compañía dependerá de lo que se negocie “entre los gobiernos de Estados Unidos y China”.
El golpe llega tras meses de fricciones: Washington ya había impuesto restricciones sobre otros chips como el H20. En agosto, Trump y Huang pactaron que Nvidia podría exportar bajo licencia a cambio de entregar el 15% de las ventas chinas de ese procesador al gobierno estadounidense.
Ahora, además de la prohibición, China abrió una investigación antimonopolio contra Nvidia vinculada a la compra de Mellanox. Aun así, Nvidia anunció esta semana una inversión de $15,000 millones en infraestructura de iA en el Reino Unido, acompañada por Microsoft, Google y Salesforce.
“El mercado chino es importante. Es grande. Llevamos 30 años sirviéndole”, subrayó Huang, prometiendo seguir colaborando “con ambos gobiernos” pese a la tormenta.
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