La Casa Blanca reunió cámaras y funcionarios para una firma que, aunque breve, podría cambiar el futuro de una de las aplicaciones más influyentes del mundo. Las palabras del presidente Donald Trump se convirtieron rápidamente en titulares, y las reacciones no tardaron en llegar tanto dentro como fuera de Estados Unidos.
Un acuerdo con sello estadounidense
El mandatario firmó una orden ejecutiva que aprueba el marco de un acuerdo destinado a mantener a TikTok funcionando en territorio estadounidense. Según explicó, la transacción valora el negocio en $14,000 millones y asegura que “es propiedad de estadounidenses, y de estadounidenses muy sofisticados”. El vicepresidente JD Vance destacó que la operación cumple con la ley de seguridad nacional que exige a ByteDance, la empresa matriz china, desprenderse de sus operaciones en EE. UU.
Los términos establecen que ByteDance conservará menos del 20% de participación, mientras que Oracle, Silver Lake y el fondo MGX de Abu Dhabi asumirán un 45%. El resto quedará en manos de inversores previos y nuevos accionistas. Oracle también se encargará de la seguridad y de los servicios de computación en la nube. Trump subrayó que Larry Ellison, director ejecutivo de Oracle, tendrá un papel clave en la supervisión.
Tensiones diplomáticas y resistencia china
Aunque Trump aseguró que Xi Jinping aprobó el acuerdo, Vance admitió que hubo “cierta resistencia” por parte de Beijing. De hecho, la firma se realizó sin representantes de ByteDance, que aún no reconoce públicamente la transacción. Analistas recordaron que hace apenas un mes ByteDance fue valorada en $330,000 millones, y que las operaciones de TikTok en EE. UU. estaban estimadas entre $30,000 y $35,000 millones.
El presidente también insinuó que Rupert Murdoch, Lachlan Murdoch y Michael Dell podrían estar involucrados como futuros participantes en la entidad estadounidense. Sin embargo, la orden ejecutiva aclara que el gobierno federal no tendrá participación accionaria en el nuevo TikTok.
El reloj corre para ByteDance
El plazo para completar la desinversión vence el 16 de diciembre, fecha límite impuesta por la orden firmada la semana pasada. Si no se cumple, Apple, Google y otros proveedores de Internet enfrentarían sanciones por dar soporte a la aplicación.
Para la comunidad latina en EE. UU., el desenlace es relevante: TikTok se ha convertido en una plataforma vital para pequeñas empresas y creadores de contenido hispanos que utilizan la red para impulsar ventas, difundir cultura y conectar con audiencias diversas. Una prohibición habría significado un golpe económico y cultural, especialmente para los emprendedores latinos que dependen de la aplicación para competir en el mercado digital.
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