Durante meses, Oracle fue una de las grandes estrellas del mercado tecnológico, impulsada por el entusiasmo global en torno a la inteligencia artificial. Pero el optimismo sufrió un frenazo el viernes, cuando sus acciones se desplomaron 7%, su peor desempeño desde enero, luego de que analistas pusieran en duda las proyecciones presentadas por la compañía durante su conferencia Oracle AI World en Las Vegas.
El jueves, la empresa delineó un ambicioso plan a largo plazo: alcanzar $166,000 millones en ingresos por infraestructura en la nube para el año fiscal 2030, muy por encima de los $18,000 millones previstos para 2026. Además, espera generar $21 por acción en ganancias ajustadas sobre $225,000 millones en ingresos totales, lo que implicaría un crecimiento anual superior al 31%.
Aunque inicialmente el mercado reaccionó con entusiasmo —las acciones subieron 3.1% el jueves—, la euforia se desvaneció. “Parece que la acción podría tomarse un respiro mientras los inversores asimilan esas cifras”, comentó Rishi Jaluria, analista de RBC Capital Markets, quien recomendó mantener los títulos.
El escepticismo contrasta con el tono optimista de Oracle. En los últimos meses, la empresa ha cerrado acuerdos clave, incluido uno de cinco años con OpenAI valorado en más de $300,000 millones, y confirmó compromisos de infraestructura por $65,000 millones con nuevos clientes, entre ellos Meta. También pronosticó márgenes brutos ajustados de entre 30% y 40% en su división de IA, cifras que superan las expectativas del mercado.
Pese al retroceso, UBS elevó su precio objetivo de $360 a $380 por acción. Su analista Karl Keirstead afirmó que el potencial de crecimiento sigue siendo considerable, aunque advirtió sobre los riesgos de dependencia de OpenAI y posibles cuellos de botella operativos.
Las acciones cerraron el viernes en $291.31, una señal de que incluso en la era de la IA, el mercado todavía exige resultados tangibles.
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