La ciudad que nunca duerme quiere ofrecer un respiro a sus ciudadanos. Con una inversión histórica que busca transformar el transporte urbano, el alcalde Eric Adams junto al comisionado del Departamento de Transporte, Ydanis Rodríguez, anunciaron un plan que cambiará la experiencia diaria de millones de usuarios de autobuses en Nueva York. La iniciativa promete convertir cada parada en un punto más accesible, seguro y humano, reafirmando el compromiso de la ciudad con la inclusión y la movilidad sostenible.
Una inversión con enfoque social
El proyecto, respaldado con $40 millones, prevé la instalación de bancos y barras de apoyo en las 8,750 paradas de autobús elegibles de los cinco distritos. La ejecución comenzará en noviembre de 2025 y priorizará las zonas más transitadas o con mayor número de adultos mayores y personas con discapacidad. Cada año, se equiparán alrededor de 875 paradas, garantizando que en una década toda la red cuente con asientos universales.
“Esta inversión permitirá que cada neoyorquino tenga un lugar donde descansar mientras espera el autobús”, declaró el alcalde Adams. “Me enorgullece que este proyecto brinde alivio a quienes más lo necesitan y transforme la experiencia de transporte público en algo más digno y accesible”.
El comisionado del Departamento de Transporte, Ydanis Rodríguez, añadió que la medida “no solo representa comodidad, sino equidad”. Destacó que más de 1.4 millones de personas usan el autobús diariamente y que muchas de ellas dependen de este servicio como su principal medio de movilidad.
Más seguridad y accesibilidad en las calles
Actualmente, casi dos tercios de las paradas que cumplen los requisitos no cuentan con asientos. Hasta ahora, el DOT ha instalado mobiliario en más de 5,000 paradas y mantiene 2,600 en funcionamiento activo. La expansión busca mejorar la infraestructura urbana sin comprometer el espacio peatonal, integrando materiales duraderos y diseños accesibles para personas con movilidad reducida.
Organizaciones locales celebraron la medida. Christine Serdjenian Yearwood, fundadora de UP-STAND, aseguró que “los asientos adicionales mejorarán la seguridad de las familias, reducirán la exposición al tráfico y permitirán a mujeres embarazadas y personas mayores descansar durante sus trayectos”. Por su parte, Jolyse Race, de Riders Alliance, afirmó que “los usuarios del autobús se han ganado el derecho a esperar en condiciones dignas”.
Un impulso a la visión de calles seguras
La iniciativa se suma a los logros del programa Visión Cero, que en el año fiscal 2025 registró una disminución de 24% en las muertes por accidentes de tráfico. Las víctimas por vehículos de dos ruedas se redujeron 39%, las de ocupantes de autos 31% y las de peatones 8%, marcando uno de los períodos más seguros en la historia reciente de la ciudad.
El alcalde Adams subrayó que estas cifras reflejan “una ciudad más habitable y humana”, donde la infraestructura urbana no solo conecta, sino que protege. Además, el DOT planea incorporar evaluaciones constantes sobre el uso de los nuevos asientos, su mantenimiento y el impacto en la movilidad peatonal.
La comunidad latina, que representa una parte esencial del tejido social y laboral de Nueva York, también se verá beneficiada. Miles de trabajadores latinos dependen del transporte público para desplazarse diariamente. La mejora en las paradas de autobús no solo incrementa la seguridad y la accesibilidad, sino que refuerza el papel de esta comunidad en la vida económica y cultural de la ciudad.
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