Los precios promedio de los vuelos chárter en jets privados en Norteamérica bajaron 0.1% en el tercer trimestre de 2025, según Private Jet Card Comparisons. El análisis, que evalúa más de 80 proveedores y 500 programas, indica que la demanda continúa cercana a los máximos de 2021–2022.
El costo promedio por hora en programas de jet card fue de $11,257, mientras que sin turbohélices alcanzó $11,602. Doug Gollan, fundador de Private Jet Card Comparisons, señaló que aunque los precios parecen estabilizarse, “hay mucha actividad de descuentos por debajo del precio minorista”, y afirmó que las negociaciones pueden incluir créditos de vuelo o horas adicionales.
Con la reciente paralización de los vuelos comerciales debido al cierre del gobierno federal en EE. UU., muchos viajeros buscaron alternativas más seguras y flexibles. Denesz Thiyagarajan, jefe del equipo de aviación general de IBA Insight, explicó que actualmente existen alrededor de 23,500 jets privados en operación y que el mercado incluye ahora a “familias, emprendedores y personas que vuelan por primera vez, buscando la flexibilidad, confiabilidad y lujo que las aerolíneas comerciales no pudieron garantizar durante la crisis”.
El fenómeno se fortaleció con la llegada de programas de membresía y plataformas de vuelos chárter, que permiten reservar horas de vuelo sin comprar una aeronave. Daniel Riefer, socio de McKinsey, señaló que las horas de vuelo superan en hasta 120% los niveles de 2019, impulsadas por una oferta más amplia y por un cambio en las prioridades de los usuarios. Aunque la demanda varía según la región, el apetito por aviones más grandes continúa creciendo, mientras que la proporción de aeronaves medianas y ligeras disminuye.
El espectro de jets es amplio: desde modelos de cuatro plazas hasta aeronaves ejecutivas capaces de transportar entre 20 y 50 pasajeros. En el nivel más alto se encuentra el Boeing 747-8 VIP, que, según Boeing Business Jets, ofrecerá espacio para unos 75 pasajeros y un costo que podría alcanzar varios cientos de millones de dólares. A ello se suman los gastos operativos anuales que ascienden a varios millones más.
A pesar de las críticas por su impacto ambiental, la demanda sigue en ascenso. Con la expansión de la riqueza global y mercados emergentes, la aviación privada parece encaminada a consolidarse como un servicio cada vez más accesible para un público diverso que prioriza la libertad de movimiento y el control total sobre su experiencia de viaje.
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