A pesar de las cientos de historias que circulan en la web y que perfectamente podrían ser el origen de este día, la realidad es una sola. Durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas realizada en Copenhague, en 1910, se propuso y aprobó la celebración del «Día de la Mujer Trabajadora», que comenzó oficialmente al año siguiente, primero en algunos países, luego poco a poco se fue extendiendo y finalmente en 1975 fue reconocido por las Naciones Unidas.
El día 08 de marzo es una fecha en la que se reivindican los logros alcanzados por las mujeres a lo largo de la historia y se visibiliza lo lejos que como sociedad estamos de alcanzar la verdadera equidad entre géneros.
Vale la pena destacar un fragmento de la declaración que hizo la Comisión Europea a propósito de esta fecha:
“En este día, pensamos en la resiliencia y la fuerza de las mujeres. Su determinación para enfrentarse a la injusticia. Su dedicación para proteger a los demás. Su implacable lucha por el cambio.
No solo hoy, sino todos los días, nos unimos a todas las mujeres para impulsar sus derechos en todo el mundo. Queremos empoderar a las mujeres para que persigan sus objetivos de vida sin obstáculos.
La creciente opresión a nivel mundial sobre las mujeres y las niñas, además de los ataques a sus derechos humanos son alarmantes”.
Actualmente el panorama sigue siendo preocupante para las mujeres. Los avances en materia de equidad de género son insuficientes y lo logrado solo se ve reflejado en un puñado de naciones desarrolladas, mientras que en el resto del planeta las mujeres siguen siendo oprimidas.
En el 95% de todos los empleos, los hombres ganan más que las mujeres, a pesar que desarrollen las mismas tareas y con iguales resultados.
Por todo esto, esta fecha representa una nueva oportunidad para que cada uno de nosotros aporte un grano de arena para lograr cambiar esta injusta realidad.