La Reserva Federal aprobó este miércoles un nuevo aumento de un cuarto de punto porcentual en la tasa de interés, siendo el noveno consecutivo. Los 11 votantes en el Comité Federal de Mercado Abierto que fija las tasas, estuvieron de acuerdo con la medida.
Luego de la decisión, la tasa de referencia de fondos federales llegará a un rango entre 4.75% y 5%, el nivel más alto desde septiembre de 2007. El Banco Central estadounidense señaló que la crisis que afronta actualmente el sector bancario podría poner fin a su campaña actual de incremento de tasas.
El Sr. Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, afirmó que los funcionarios habían considerado frenar las alzas en las tasas por cuenta de la difícil situación surgida a raíz de la reciente tención que se vive en el sistema financiero. Insinuó además que el aumento del miércoles podría ser el último por ahora.
El Sr. Powell “abrió la puerta a la posibilidad de que este fuera el último aumento de tasas”, dijo Marc Sumerlin, exasesor económico del presidente George W. Bush.
Los reguladores cerraron Silicon Valley Bank y una segunda institución, Signature Bank, hace dos semanas, y rescataron a los depositantes, incluso aquellos que no tenían seguro.
El mercado bursátil presentó una tendencia alcista inmediatamente después del anuncio de la FED, sin embargo ese mismo día en la tarde el valor de las acciones se desplomó.
Las nuevas proyecciones mostraron que casi todos los 18 funcionarios que participaron en la reunión esperan que la tasa de los fondos federales aumente al menos al 5,1%, lo que implica un aumento adicional de un cuarto de punto y ningún recorte de tasas este año.
Algunas voces del sector bancario han dicho que parte de la culpa del colapso del SVB y el Signature Bank, la tiene la FED, debido a los reiterativos incrementos en el tipo de interés, los cuales ocasionaron que los depositantes renunciaran al apalancamiento crediticio debido a los altos costos, y a cambio, se vieron forzados a tomar el efectivo que tenían en los bancos, para encontrar liquidez.
La actual agitación ha servido como un duro recordatorio de los peligros que enfrentan los funcionarios de la Reserva Federal, reguladores, legisladores y la Casa Blanca, al tratar de contener la inflación que el año pasado se disparó a un máximo histórico que no se veía desde hace cuatro décadas.