Más de una década y media después de que se propusiera por primera vez, el martes entró en vigencia la prohibición del gobierno federal sobre las bombillas incandescentes, una regla que busca promover la eficiencia energética.
Inicialmente, en 2007, se emitió una regulación federal para prohibir este tipo de luminarias después de la promulgación de la Ley de Seguridad e Independencia Energética durante la administración del presidente George W. Bush.
Sin embargo, la implementación de la prohibición se retrasó desde su fecha inicial de 2012, pues la regla fue ampliada durante el gobierno de Obama antes de ser revocada por el de Trump.
En abril de 2022, la administración de Biden avanzó con una nueva ley del Departamento de Energía (DOE por sus siglas en inglés) que prohíbe las bombillas incandescentes a partir del 1 de agosto de 2023, refiriéndose a las que emiten 45 lúmenes por vatio o más. Además, impide la fabricación y venta de faroles que no cumplan con la nueva reglamentación, aunque los consumidores pueden seguir utilizando las bombillas que ya poseen.
Sin embargo, la regla tiene excepciones que permiten que las bombillas incandescentes sigan siendo fabricadas y vendidas si se utilizan en electrodomésticos o ciertos tipos de lámparas, como las de insectos, plantas o señales marinas, entre otros.
“La industria de la iluminación ya está adoptando productos más eficientes energéticamente, y esta medida acelerará el progreso para ofrecer mejores alternativas a los consumidores estadounidenses y construir un futuro más brillante”, dijo el año pasado la secretaria de Energía, Jennifer Granholm.
La administración Biden busca impulsar a los consumidores hacia las bombillas de luz LED que incorporan un nuevo estándar de eficiencia energética.
Gracias a la regulación de las bombillas incandescentes, se espera que los consumidores estadounidenses ahorren casi $3 mil millones en facturas de servicios públicos cada año.
Se proyecta una reducción de 222 millones de toneladas métricas de emisiones de carbono durante los próximos 30 años, equivalente a las emisiones generadas por 28 millones de hogares en un año. Estas cifras resaltan el impacto positivo que tendrá la transición hacia bombillas LED de bajo consumo.
La Encuesta de Consumo de Energía Residencial (RECS) más reciente del DOE reveló que casi la mitad de todos los hogares de EE. UU. utilizan bombillas LED para toda o la mayor parte de su iluminación interior.
La adopción de bombillas LED ha aumentado significativamente, pasando del 4% en 2015 al 47% en 2020. Al mismo tiempo, la proporción de bombillas incandescentes o halógenas ha disminuido del 31% en 2015 al 15% en 2020.
La prohibición de las bombillas incandescentes no es la única medida que la administración de Biden tiene planeada en relación con la eficiencia energética. En diciembre de 2022, se anunció una regla para duplicar la eficiencia mínima de las bombillas comúnmente utilizadas por los consumidores, alcanzando más de 120 lúmenes por vatio.