El panorama de la riqueza mundial está experimentando cambios significativos, especialmente en lo que respecta al elitismo financiero del 1% más rico del planeta.
Según el informe de riqueza de 2024 de Knight Frank, alcanzar el estatus del 1% en Estados Unidos ahora requiere un patrimonio neto de al menos $5.8 millones de dólares, un aumento notable del 12% con respecto al año anterior. Este aumento refleja una tendencia global hacia una mayor concentración de riqueza en manos de unos pocos privilegiados.
Comparativamente, otros países presentan umbrales aún más altos para ingresar al 1% más rico. Mónaco lidera la lista, con un requisito de asombrosos $12.9 millones de dólares, seguido de cerca por Luxemburgo y Suiza, con requisitos respectivos de $10.83 millones de dólares y $8.5 millones de dólares.
Estados Unidos ocupa el cuarto lugar a nivel mundial y le siguen Singapur, Suecia, Australia, Nueva Zelanda, Irlanda y Alemania.
Estas disparidades en la distribución de la riqueza plantean preguntas importantes sobre las políticas económicas y fiscales, y sugieren la necesidad de un enfoque más equitativo en términos de redistribución y crecimiento económico.
En muchas ciudades costosas, incluso un salario de seis cifras se considera insuficiente para mantener un nivel de vida decente. Mientras tanto, los más ricos continúan acumulando enormes ganancias, impulsadas por la recuperación del mercado de valores y el auge tecnológico.
El informe de Knight Frank subraya la creciente brecha entre los estratos de ingresos, planteando interrogantes sobre la equidad y la sostenibilidad del modelo económico actual. A medida que las disparidades de riqueza persisten y se profundizan, es probable que aumente la presión sobre los responsables políticos para abordar estas desigualdades y promover un desarrollo económico más inclusivo y justo para todos.