La economía estadounidense creció un 2.8% en el segundo trimestre de 2024, superando las expectativas de un 2.1% y marcando un avance notable respecto al 1.4% del primer trimestre.
El Departamento de Comercio atribuye el impulso a un sólido consumo y a una notable acumulación de inventarios.
El gasto en consumo personal subió un 2.3%, acelerándose desde el 1.5% del trimestre anterior, mientras que los inventarios añadieron 0.82 puntos porcentuales al crecimiento. Sin embargo, las importaciones crecieron un 6.9%, el mayor incremento desde principios de 2022, restando al PIB.
Los futuros del mercado bursátil subieron tras la noticia y los rendimientos de los bonos del Tesoro bajaron. El economista jefe de RSM, Joseph Brusuelas, destacó que el crecimiento actual refleja un auge en la productividad que podría mejorar los niveles de vida a mediano plazo.
En cuanto a inflación, el índice de precios de los gastos de consumo personal (PCE) subió un 2.6%, menor al 3.4% del primer trimestre. Los precios básicos del PCE crecieron un 2.9%, comparado con el 3.7% anterior. El índice de precios ponderado en cadena aumentó un 2.3%, por debajo del 2.6% estimado.
Las ventas finales a compradores privados crecieron un 2.6%, manteniendo el ritmo del trimestre previo. Sin embargo, la tasa de ahorro personal cayó al 3.5% desde el 3.8%.
Recientes datos de la Reserva Federal de Filadelfia muestran un récord en los saldos de tarjetas de crédito y una nueva alta en deuda renovable. A pesar de los desafíos, las ventas minoristas siguen en alza, y el mercado inmobiliario enfrenta presión con ventas a la baja y precios en aumento.
Se espera que la Reserva Federal mantenga estables las tasas de interés en la próxima reunión, con expectativas de un recorte en septiembre.
El Departamento de Trabajo reportó una baja en las solicitudes iniciales de subsidio por desempleo y una caída inesperada en los pedidos de bienes duraderos en junio. Excluyendo el transporte, los pedidos nuevos aumentaron un 0.5%.