Chipotle Mexican Grill presentó resultados del tercer trimestre que superaron las expectativas en ganancias, aunque quedaron ligeramente por debajo de las proyecciones de ingresos, lo que generó una caída del 3% en sus acciones en el mercado posterior al cierre.
La cadena reportó ganancias de $2.8 por acción, superando los $2.5 previstos por analistas de LSEG, mientras que los ingresos de $2,790 millones no alcanzaron los $2,820 millones esperados.
En términos de crecimiento, las ventas en las mismas tiendas subieron un 6%, en comparación con la estimación de 6.3%, impulsadas por un aumento del 3.3% en el tráfico. La empresa ha logrado captar la atención de consumidores que, aunque gastan con más cautela, aún están dispuestos a pagar precios más altos por productos como burritos y tazones.
La reciente reintroducción de la pechuga ahumada, una de las proteínas más costosas del menú, fue clave para aumentar el interés de los clientes.
Scott Boatwright, quien asumió como director ejecutivo interino tras la salida de Brian Niccol en agosto, indicó que, pese al cambio de liderazgo, no habrá modificaciones en la estrategia de la compañía. Boatwright destacó la solidez del equipo directivo en el diseño y desarrollo de la estrategia actual, y aseguró que continuará con la misma.
En cuanto a su expansión, Chipotle abrió 86 nuevos locales en el trimestre, de los cuales 73 cuentan con un “Chipotlane,” carril para recogida de pedidos en línea. Para 2025, la compañía planea inaugurar entre 315 y 345 nuevos restaurantes, priorizando que la mayoría cuente con Chipotlane.
Entre sus planes, se espera introducir nuevos equipos de corte de vegetales el próximo verano y expandir el uso de parrillas de doble cara, optimizando los tiempos de preparación.
En línea con sus expectativas, Chipotle estima que las ventas en tiendas comparables continuarán creciendo en un dígito alto, impulsadas por su enfoque en la innovación y la expansión de su presencia física y digital.