Apple acordó pagar $95 millones para resolver una demanda que la acusaba de usar su asistente virtual Siri para espiar a los usuarios de iPhone y otros dispositivos. La demanda, presentada hace cinco años, alegaba que Siri grababa conversaciones sin autorización, incluso cuando los usuarios no activaban intencionalmente el asistente.
Según los demandantes, las grabaciones involuntarias se habrían compartido con anunciantes para dirigir publicidad personalizada, una práctica que contradice el compromiso público de Apple con la privacidad. El director ejecutivo, Tim Cook, ha descrito reiteradamente la privacidad como un “derecho humano fundamental”.
El acuerdo fue presentado en un tribunal federal de Oakland, California, y ahora está pendiente de la aprobación del juez de distrito Jeffrey White. Si se aprueba, permitirá que millones de usuarios de dispositivos Apple entre septiembre de 2014 y finales de 2023 presenten reclamaciones. Se estima que cada usuario podría recibir hasta $20 por dispositivo afectado, con un límite de cinco dispositivos por persona.
Apple no admitió haber actuado de manera incorrecta en el acuerdo. La empresa argumenta que Siri opera según los más altos estándares de privacidad. Sin embargo, este acuerdo resuelve una posible exposición legal que podría haber alcanzado $1,500 millones si el caso hubiera llegado a juicio.
El fondo de conciliación también incluye una solicitud de hasta $29.6 millones para cubrir los honorarios legales de los abogados que representaron a los demandantes. Una audiencia para revisar el acuerdo está programada para el 14 de febrero en Oakland.
Aunque el pago de $95 millones es una fracción de los $705,000 millones en ganancias acumuladas por Apple desde 2014, el caso plantea preguntas sobre cómo las grandes empresas tecnológicas manejan la privacidad de los datos de sus usuarios.