El anuncio de posibles redadas migratorias en Chicago ha transformado zonas vibrantes como Little Village en áreas desoladas. La incertidumbre y el temor entre los residentes luego del inicio del mandato de Donald Trump, especialmente aquellos en situación migratoria irregular, han reducido drásticamente la actividad comercial y el tráfico peatonal, con reportes de disminuciones del 50% al 60% en las ventas de negocios locales.
Chicago, considerada una ciudad santuario, se ha convertido en un blanco clave debido a su papel en la acogida de miles de migrantes. Little Village, conocido como el “México del Medio Oeste”, representa uno de los principales centros comerciales de la ciudad, generando ingresos fiscales significativos.
Las amenazas de deportaciones masivas afectan no solo a los trabajadores inmigrantes, sino también a la economía local, ya que muchos propietarios de negocios son inmigrantes indocumentados.
La incertidumbre también ha impactado el empleo, con reportes de ausentismo entre trabajadores temerosos de ser identificados por las autoridades migratorias. Organizaciones comunitarias y líderes locales han intensificado esfuerzos para educar a los inmigrantes sobre sus derechos y crear planes de contingencia. Sin embargo, los posibles efectos económicos de estas redadas podrían extenderse más allá de la comunidad inmigrante, afectando los ingresos fiscales de la ciudad y dificultando el financiamiento de servicios públicos esenciales.
Las medidas migratorias propuestas no solo profundizan el miedo entre los inmigrantes, sino que también generan un impacto económico negativo, subrayando la interconexión entre las políticas migratorias y el bienestar económico de Chicago.