Las transmisiones de tráfico aéreo han revelado detalles cruciales sobre la trágica colisión entre un avión de American Airlines y un helicóptero Black Hawk del Ejército de EE.UU. cerca del Aeropuerto Nacional Reagan.
A pesar de las instrucciones claras de los controladores para evitar el contacto, el choque ocurrió en cuestión de segundos, dejando interrogantes sobre si se trató de un error humano o una falla técnica.
Poco antes del impacto, un controlador de tráfico aéreo solicitó al helicóptero: “PAT25, ¿tienes el CRJ a la vista?”. Segundos después, ordenó: “PAT25, pase detrás del CRJ”. Sin embargo, en los 19 segundos siguientes, la colisión se hizo inevitable y un grito estremecedor – “¡Dios mío!” – quedó registrado en las comunicaciones.
Según los datos revisados por The Wall Street Journal, ambas aeronaves se encontraban entre 200 y 400 pies sobre el río Potomac en el momento del choque. No se ha confirmado si el Black Hawk reconoció la instrucción de mantenerse detrás del avión. Un exfuncionario de aviación aseguró que las órdenes fueron “claras y directas”.
Las dudas sobre la posible falla técnica surgen debido a la proximidad del aeropuerto a Washington D.C., lo que obliga a los pilotos a seguir rutas precisas para evitar el espacio aéreo restringido. Se desconoce si el helicóptero tuvo problemas de comunicación o si la tripulación no detectó la aeronave comercial a tiempo.
Las imágenes captadas a kilómetros del lugar muestran una explosión tras la colisión. Testigos a bordo de otros vuelos, desviados a aeropuertos alternativos, reportaron el impacto. Un piloto de Delta Air Lines confirmó: “Sí, lo vimos todo”.
Los esfuerzos de rescate han sido intensos. Más de 300 socorristas trabajan en la zona, aunque hasta el jueves por la mañana no se han hallado sobrevivientes. John Donnelly, jefe de bomberos de Washington D.C., informó la recuperación de 27 cuerpos del avión y uno del helicóptero. La búsqueda, que podría durar días, se centra en las aguas del Potomac.
Mientras tanto, el secretario de Transporte, Sean Duffy, ha declarado que existen “indicadores tempranos” de lo que pudo haber ocurrido, aunque aún no se han revelado detalles concretos. La investigación continúa, mientras se intenta esclarecer si esta tragedia pudo haberse evitado.