El gasto de los consumidores sufrió un golpe inesperado en enero, poniendo en duda la estabilidad del crecimiento económico de Estados Unidos. Según datos del Departamento de Comercio publicados el viernes, las ventas minoristas se desplomaron un 0.9%, una caída mucho más pronunciada que el 0.2% previsto por analistas de Dow Jones. Este resultado contrasta con el incremento revisado al alza de 0.7% en diciembre.
El informe revela que, al excluir la venta de automóviles, el descenso fue del 0.4%, muy por debajo de la expectativa de un aumento del 0.3%. Una métrica clave para el cálculo del Producto Interno Bruto mostró una reducción del 0.8%, lo que sugiere un posible debilitamiento del crecimiento económico en el primer trimestre del año.
Las pérdidas más pronunciadas se registraron en tiendas de artículos deportivos, música y libros, con una baja del 4.6%, mientras que el comercio electrónico cayó 1.9% y las ventas de vehículos descendieron 2.8%. Sin embargo, algunos sectores lograron resistir la tendencia negativa: las gasolineras y los restaurantes reportaron un leve incremento del 0.9%.
El desplome de las ventas repercutió en los mercados financieros, con los futuros bursátiles en terreno negativo y los rendimientos de los bonos del Tesoro perdiendo valor. Esta situación ha impulsado las apuestas de los inversionistas sobre un posible recorte de tasas de interés por parte de la Reserva Federal tan pronto como en junio.
Pese al panorama sombrío, el economista corporativo Robert Frick trató de calmar los ánimos. “La caída fue drástica, pero factores como el mal clima y la inusual alza de las ventas de automóviles en diciembre sugieren que no es motivo de pánico”, explicó.
Entretanto, la inflación sigue siendo una preocupación. El índice de precios al consumidor subió 0,5% en enero, situando la inflación anual en 3%, aún por encima del objetivo de 2% de la Reserva Federal. Además, los precios de importación aumentaron 0.3%, el mayor alza mensual desde abril de 2024, mientras que los costos de exportación subieron 1.3%.
A medida que la incertidumbre crece, la gran pregunta es si este desplome en el consumo es solo un bache o la señal de un problema económico más profundo.