Una semana que parecía cualquier otra, terminó convirtiéndose en una pesadilla para los mercados bursátiles. El viernes 4 de abril cerró con una caída generalizada superior al 5% en los principales índices, y aunque algunos lo veían venir, pocos esperaban que el detonante fuera un regreso al proteccionismo más duro: los aranceles.
El golpe invisible que encarece todo
Los aranceles, esos viejos conocidos de la economía internacional, han vuelto con fuerza. Esta vez, la administración de Donald Trump impuso nuevos gravámenes que afectan directamente a productos importados, elevando sus precios desde el momento en que tocan aduana.
Según la analista Natalia Ospina de Comercio TV, “se suele traducir en precios más altos para al final los que compramos ese producto”. Y aunque no siempre el impacto llega al 100% al consumidor, la cadena completa —desde el importador hasta el cliente final— siente el peso.
¿Quiénes pierden… y quiénes ganan?
El sector automotriz lidera la lista de los más golpeados, con un arancel del 25% que afecta a marcas que producen fuera del país. A esto se suman sectores electrónicos, textiles y de consumo masivo. Pero no todo es negativo: “Empresas que fabrican localmente pueden verse favorecidas”, explica Natalia.
También los sectores defensivos como salud y servicios públicos podrían salir airosos de esta tormenta.
Reacción global: diplomacia al límite
Las respuestas han sido mixtas. Mientras México y Canadá buscan acuerdos, China respondió con medidas propias y Vietnam optó por la cautela: “No voy a patear la lonchera”, dijo.
Países como Sri Lanka, Sudáfrica y Tailandia ya ven los efectos en sus monedas y bolsas. “Compre, pero solo si su estrategia es a largo plazo”, concluye Natalia Ospina.
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