Hay decisiones que se toman antes de que suenen los despertadores. Otras, se toman años después de tocar fondo. Juan Marín Pozo, asesor financiero certificado y autor de varios libros, decidió un día reescribir su historia. Y lo logró.
Desde el inicio, Marín rompe esquemas: “Tengo dos economías, la personal y la de mis sociedades; una llega justa a fin de mes, la otra a veces parece rica”. El educador financiero revela el mayor error que cometió en los años 90: gastar sin control. “Despifarré lo que hoy serían $2,000,000 de dólares”, reconoce con gran naturalidad.
Su mensaje es directo: no es grave no llegar a fin de mes; lo grave es no saber por qué. Habla de separar las finanzas personales de las empresariales, de saber exactamente cuánto cuesta vivir, y de evitar “jugar a ciegas”.
Aunque no estudió economía, sus advertencias superan las de muchos doctorados: “La mayoría menciona el interés compuesto, pero pocos lo aplican. Falta constancia, no tiempo”.
En tiempos de crisis, lanza tres advertencias: no entrar en pánico y vender todo, no reducir inversiones cuando los precios están bajos, y no buscar atajos para recuperar pérdidas. “El crédito hay que pedirlo cuando no lo necesitas”, afirma, cuestionando el uso de las tarjetas de crédito como “el principio del suicidio financiero”.
Juan no vende humo. Dejó de vender cursos porque pocos los terminaban. En cambio, desarrolló un juego convertido en herramienta educativa. ¿Quieres conocer esa fascinante historia?, no te pierdas la entrevista completa a continuación: