No fue el trimestre que esperaban, y Wall Street no perdona. Restaurant Brands International reportó cifras por debajo de lo previsto, con sus tres cadenas insignia mostrando caídas en ventas comparables. Ni hamburguesas, ni café, ni pollo frito lograron salvar el trimestre.
Las ganancias ajustadas por acción se quedaron en $0.75, por debajo de los $0.78 esperados. Los ingresos alcanzaron $2,110 millones, también ligeramente por debajo de los $2,130 millones que anticipaban los analistas. El ingreso neto cayó a $159 millones, comparado con los $230 millones del año pasado. A pesar de todo, las acciones subieron un 1% gracias a señales de recuperación hacia el segundo trimestre.
Tim Hortons, la joya canadiense que representa más del 40% del negocio, registró una caída del 0.1% en ventas comparables. Popeyes sufrió el mayor golpe, con una baja del 4%, mucho más profunda que el 1.8% que esperaba Wall Street. Burger King también decepcionó, con una caída del 1.3%. En Estados Unidos, su retroceso fue del 1,1%, aunque superó a McDonald’s, que se hundió un 3.6%.
El CEO Josh Kobza se mostró optimista y minimizó el impacto. “Estamos viendo mejores resultados absolutos a medida que nos acercamos al segundo trimestre”, aseguró. También señaló que las ventas globales comparables crecieron un 0.1%, y que sin el efecto del año bisiesto, habrían subido un 1%.
La empresa mantiene su proyección para 2025 y espera invertir entre $400 y $450 millones en incentivos y expansión. Aunque los números decepcionaron, en Restaurant Brands confían en revertir la situación. Ahora, todos los ojos están puestos en si Ryan Reynolds, el nuevo rostro de Tim Hortons, logrará lo que las cifras no pudieron.
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