Mientras el mercado automotor se prepara para posibles aumentos de precios por nuevos aranceles, una empresa digital ha dado un golpe inesperado que sacudió a Wall Street. Carvana ha dejado atrás los temores de quiebra y ha regresado con una fuerza que pocos anticipaban.
La compañía de venta en línea de autos usados superó las expectativas del mercado con creces. Reportó ganancias por acción de $1.51 frente a los $0.67 que preveían los analistas, y registró ingresos por $4,230 millones, muy por encima de los $3,980 millones estimados.
Las ventas subieron 46% interanual, alcanzando las 134,000 unidades, mientras que el ingreso neto fue de $373 millones y el EBITDA ajustado alcanzó los $488 millones. Buena parte de ese ingreso se debió a una ganancia de $158 millones vinculada al valor de sus warrants relacionados con Root, su socio en seguros.
El CEO Ernie García minimizó los temores sobre el impacto de los aranceles y, en tono optimista, sugirió que incluso podrían beneficiar al sector de autos usados. “Creo que eso probablemente impulsaría la sustitución de autos usados, lo cual esperamos que sea positivo”, comentó.
García también actualizó los objetivos a largo plazo, planteando una meta ambiciosa: vender 3 millones de unidades anuales con un margen de EBITDA ajustado del 13.5% en cinco a diez años. “Estamos increíblemente bien posicionados para el futuro”, afirmó.
Tras años de incertidumbre, Carvana ha emergido con una estructura más eficiente y una visión clara de crecimiento. Las acciones ya subieron 27% este año, y parece que la ruta hacia la cima apenas comienza.
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