Las cifras se publicaron en silencio, pero su impacto resonó con fuerza en el Tesoro. Una recaudación histórica acaba de reconfigurar el mapa fiscal de Estados Unidos, sumado a la reciente noticia de una inflación por debajo de lo esperado.
En abril, los ingresos por aranceles alcanzaron los $16,300 millones, una cifra sin precedentes que representa un salto del 86% frente a los $8,750 millones recaudados en marzo. Además, más que duplican los $7,100 millones obtenidos en abril del año pasado. Según el Departamento del Tesoro, el total recaudado en lo que va del año asciende a $63,300 millones, un incremento del 18% respecto al mismo periodo en 2024.
Este ingreso récord coincide con la entrada en vigor de los aranceles generalizados del 10% que Donald Trump impuso a todas las importaciones a partir del 2 de abril. Estas tarifas se suman a otras medidas comerciales adoptadas previamente. “La guerra comercial empieza a rendir frutos”, afirman fuentes cercanas al Tesoro.
El superávit mensual alcanzó los $258,400 millones, un aumento del 23% en comparación con abril del año anterior, y logró reducir parcialmente el déficit fiscal acumulado, que ahora se sitúa en $1.05 billones. A pesar del fuerte repunte en ingresos, ese déficit sigue siendo un 13% mayor que el del año pasado.
Los datos reflejan además un crecimiento del 10% en ingresos frente a abril de 2024, mientras que los gastos bajaron un 4%. Aun así, los intereses sobre la deuda nacional —que asciende a $36.2 billones— sumaron $89,000 millones solo en abril, el segundo mayor gasto federal detrás de la Seguridad Social. Durante el año fiscal, el monto acumulado por intereses ya llega a $579,000 millones.
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