Una conversación amena de viernes por la tarde en Comercio.TV, terminó revelando una realidad inquietante para el mercado inmobiliario: hay más casas en venta que personas interesadas en comprarlas. Y aunque la cifra pueda sonar positiva para los compradores, lo cierto es que la situación es más compleja de lo que parece.
La avalancha de viviendas disponibles ha provocado una presión descendente en los precios. Juan Santos, CEO de Santos Group, advirtió que si bien el terreno no pierde valor, “la construcción no va a bajar de costo”, y esto pone en aprietos tanto a compradores como a vendedores.
Para Santos, la clave está en que los consumidores encuentren la forma de mejorar sus ingresos para poder invertir: “Un comprador debería buscar una manera de cómo darse un aumento de salario”.
Actualmente, las propiedades que permanecen demasiado tiempo en el mercado corren el riesgo de depreciarse aún más. “Si la casa está en $100,000 y te llega una oferta de $90,000, puede ser que en dos meses la próxima oferta sea de $80,000”, afirmó. Esta tendencia ha obligado a muchos vendedores a tomar decisiones aceleradas para evitar pérdidas mayores.
Las tasas hipotecarias también juegan un papel crucial. Esta semana, la tasa promedio bajó ligeramente a 6.89%, una leve mejora que podría animar a algunos compradores. Sin embargo, Santos advirtió que el panorama puede cambiar rápidamente, y recomendó tener siempre información actualizada antes de hacer una oferta: “Es muy importante que sepan exactamente la información de todo lo que está sucediendo a diario”.
El impacto de políticas migratorias también se está sintiendo. Las recientes redadas afectan directamente a la industria de la construcción, históricamente impulsada por mano de obra migrante. “El tiempo en la construcción es bien valioso… cuesta más el dinero, es más el tiempo”, explicó Santos, agregando que esto inevitablemente encarecerá las viviendas nuevas.
Finalmente, aunque las ventas de condominios de más de $1,000,000 en zonas como Miami-Dade hayan aumentado un 88%, Santos señala que esa cifra ya no representa lujo: “Un millón de dólares ahora mismo aquí en el área de Miami-Broward es un precio normal”.
Así, el sueño de comprar o vender vivienda en Florida se enfrenta a un torbellino de cifras, políticas y decisiones difíciles.
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