Fordow, Natanz e Isfahán: tres nombres que ahora resuenan como sinónimo de devastación tras la ofensiva de Estados Unidos. Teherán promete venganza mientras el mundo contiene el aliento.
El presidente Donald Trump confirmó este sábado lo que ya se rumoreaba: Estados Unidos ejecutó un ataque quirúrgico contra tres instalaciones nucleares clave en Irán. “Fue un éxito militar espectacular”, proclamó desde la Casa Blanca, añadiendo que las bases de Fordow, Natanz e Isfahán fueron “completa y totalmente destruidas”. Estas instalaciones representaban el núcleo del programa nuclear iraní, según analistas.
“Mañana, el general Caine y el secretario de Defensa Pete Hegseth darán una conferencia de prensa a las 8 a. m. en el Pentágono”, dijo Trump al concluir su discurso de tres minutos y medio en la Casa Blanca, que no ofreció detalles sustanciales sobre los ataques.
“Irán, el acosador de Oriente Medio, debe ahora hacer la paz. Si no lo hace, los futuros ataques serán mucho mayores y mucho más fáciles”, declaró Trump durante su alocución a la nación el sábado por la noche, pocas horas luego del ataque.
Arsenal utilizado sobre instalaciones nucleares iraníes
Desde el canal Fox News, el presentador Sean Hannity reveló que el propio Trump le informó del uso de entre cinco y seis bombas antibúnker GBU-57 MOP, conocida como la “Madre de todas las bombas”, en Fordow, mientras que Natanz e Isfahán fueron alcanzadas por 30 misiles Tomahawk disparados desde submarinos a unos 640 kilómetros de distancia. La precisión del ataque sorprendió a observadores internacionales.
“Estados Unidos ha hecho lo que ningún otro país podría hacer”
Esa fue la reacción del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al aplaudir la decisión del presidente Trump. “La historia registrará que el presidente Trump actuó para negarle al régimen más peligroso del mundo las armas más peligrosas del mundo”, aseguró el mandatario israelí, en lo que fue la primera respuesta oficial de Israel al bombardeo.
Irán confirma bombardeo
Pero mientras Trump celebraba la operación como una victoria estratégica, las tensiones en la región escalaron con rapidez. Irán, a través de su Organización de Energía Atómica, calificó los ataques como una violación del derecho internacional y una afrenta directa al Tratado de No Proliferación Nuclear. Teherán ha sostenido repetidamente que tiene derecho al enriquecimiento de uranio con fines pacíficos.
La amenaza de represalias no se hará esperar
Ali Vaez, director del Proyecto Irán en Crisis Group, fue tajante: “Una respuesta iraní es ahora inevitable”. Y agregó: “La pregunta es si el resultado será un intercambio limitado de represalias o una desastrosa conflagración regional”.
El propio Trump no descartó nuevas ofensivas: “Si la paz no llega rápidamente, perseguiremos esos otros objetivos con precisión, velocidad y habilidad”, advirtió.
La intervención estadounidense, aunque limitada en su alcance inicial, amenaza con avivar un conflicto que se libra en una de las zonas más sensibles del planeta. Los países del Golfo, que albergan bases militares estadounidenses y poseen vastas reservas de petróleo y gas, temen que el fuego cruzado llegue a sus fronteras.
Por ahora, el mundo observa y espera. La calma que precede a la tormenta nunca fue tan frágil.
Mantente al día en la actualidad financiera conectándote a la señal en vivo de Comercio TV aquí.