Las cifras no siempre cuentan toda la historia, y menos cuando los gigantes financieros están en el centro del escenario. Los inversores recibieron con cautela los resultados del segundo trimestre de Bank of America, cuyas cifras revelaron una mezcla inesperada de avances y retrocesos.
El banco informó una ganancia de $0.89 por acción, superando los $0.86 esperados, y un ingreso total de $26,610 millones, apenas por debajo de los $26,720 millones proyectados. A pesar de este ligero tropiezo en los ingresos, el director ejecutivo Brian Moynihan insistió en que “los consumidores se mantuvieron resilientes, con un gasto y una calidad de activos saludables, y las tasas de utilización de préstamos comerciales aumentaron”. Según el directivo, este trimestre representó el cuarto consecutivo de mejora en el margen neto de intereses (NII), impulsado por depósitos y crecimiento de préstamos.
El NII ascendió a $14,820 millones, un 7% más que hace un año, aunque se quedó corto frente a las previsiones de StreetAccount por $70 millones. Bank of America atribuyó este resultado a un entorno de tasas de interés más bajas, que impactó los ingresos netos por intereses, el corazón de la operación bancaria tradicional.
En el ámbito de los mercados, las operaciones de renta fija sumaron $3,250 millones, superando expectativas, mientras que las operaciones con acciones generaron $2,130 millones, un poco por debajo de lo previsto. No obstante, las tarifas de banca de inversión se contrajeron 9% hasta los $1,400 millones, aunque todavía por encima del estimado de $1,270 millones.
Frente a un trimestre en el que JPMorgan, Citigroup, Wells Fargo, Goldman Sachs y Morgan Stanley brillaron superando las estimaciones,.
Las acciones del banco habían subido 5% en el año antes de este informe. Con los gigantes de Wall Street marcando el ritmo, el desempeño del banco dirigido por Moynihan dejó preguntas abiertas sobre su capacidad de mantener la competitividad.
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