American Airlines sorprendió este jueves con un anuncio que sacudió la confianza de los inversores: la compañía revisó a la baja su pronóstico financiero para 2025, en medio de una perspectiva sombría para el tercer trimestre.
Las acciones de la aerolínea se desplomaron cerca de 10% tras la publicación del informe de ganancias del segundo trimestre, luego de haber experimentado un primer trimestre desalentador. Robert Isom, CEO de la empresa, señaló en el programa “Squawk Box” de CNBC que “julio ha sido un mes difícil… debido a la debilidad del consumo interno”, y agregó que también se han visto afectados por “la demanda estancada de viajes corporativos” y una serie de tormentas que impactaron sus operaciones.
American proyecta ahora una ganancia ajustada por acción de entre una pérdida de $0.20 y una ganancia de hasta $0.80 para 2025. Esta revisión marca una fuerte caída respecto a las estimaciones de enero, que oscilaban entre $1.70 y $2.70. La aerolínea ya había recortado su pronóstico en abril, alegando un entorno económico incierto y la ralentización de la demanda doméstica.
En cuanto al tercer trimestre, se anticipa una pérdida ajustada por acción de entre $0.10 y $0.60, por debajo de la estimación de los analistas, que proyectaban solo $0.07 en números rojos. Sin embargo, la empresa dejó abierta la posibilidad de un resultado menos negativo si el mercado mejora: el extremo superior de su rango solo se alcanzaría si “el mercado de viajes doméstico continúa mejorando”.
Durante el segundo trimestre, American reportó ingresos por $14,390 millones, un 0.4% más que el año anterior y ligeramente por encima de las previsiones. No obstante, la utilidad neta cayó 16.5%, hasta $599 millones, equivalentes a $0.91 por acción. Ajustadas por partidas extraordinarias, las ganancias fueron de $628 millones, o $0.95 por acción, superando así los $0.78 esperados por Wall Street.
Mientras la demanda de vuelos nacionales sigue siendo el eslabón débil, el tráfico internacional muestra señales de vitalidad. Los ingresos por milla y asiento en rutas dentro de EE. UU. cayeron más de 6%, mientras que los vuelos al extranjero experimentaron un alza cercana a 3%. La aerolínea intenta ahora adaptarse, con recortes en capacidad y una estrategia más prudente ante el incierto panorama económico.
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