Apple anunció que el 9 de septiembre realizará su esperado evento de lanzamiento en el campus de Cupertino, a las 10 de la mañana, hora del Pacífico. La invitación lleva como lema “Awe dropping”, reforzando la expectativa en torno a sus nuevos productos.

Como es tradición, se espera la presentación del iPhone 17, que llegaría con procesadores más rápidos y mejoras en especificaciones. Analistas anticipan también un modelo más delgado, que sacrificaría batería y cámaras a cambio de un diseño más ligero. Además, Apple suele aprovechar este evento para renovar su línea de Apple Watch.
Desde 2020, estos encuentros dejaron de ser en vivo y ahora se transmiten en formato de video pregrabado a través del sitio web de la compañía, lo que ha permitido a Apple pulir al máximo la narrativa visual de cada lanzamiento.
El evento genera gran interés no solo entre inversionistas y consumidores en EE.UU., sino también entre la amplia comunidad hispana, para quienes los iPhones son uno de los dispositivos más populares del mercado. Un nuevo modelo tiende a impactar en precios de versiones anteriores, lo que abre oportunidades de compra para quienes buscan opciones más accesibles. En paralelo, la presentación suele activar la cadena de empleo en sectores de retail, logística y servicios técnicos, donde la participación de trabajadores hispanos es significativa.
En Wall Street, las acciones de Apple suelen reaccionar con volatilidad en torno a estos anuncios, pues los nuevos iPhones representan el núcleo de ingresos de la compañía. Los pequeños inversionistas —incluidos muchos hispanos— siguen de cerca estos movimientos como referencia del pulso tecnológico y del consumo global.
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