La avalancha de imágenes perturbadoras que circula en redes sociales ha vuelto a encender un debate que parecía no tener fin. En cuestión de segundos, escenas que muchos jamás quisieran presenciar se colaron en las pantallas de millones de usuarios, sin filtros ni advertencias previas.
El miércoles, el asesinato a tiros de Charlie Kirk en Utah quedó registrado en video y, casi de inmediato, las imágenes comenzaron a multiplicarse en plataformas como X, TikTok, Instagram y Facebook. Semanas antes, el brutal apuñalamiento de Iryna Zarutska en un tren de Carolina del Norte había seguido el mismo destino: un torrente de reproducciones y reacciones que escapó al control de las empresas tecnológicas.
Plataformas bajo presión
Las compañías insisten en que aplican protocolos de seguridad, pero los resultados muestran grietas evidentes. TikTok afirmó que está “eliminando videos en primer plano del tiroteo de Kirk” y que ha tomado “medidas de seguridad adicionales para evitar que las personas vean inesperadamente vídeos que infrinjan nuestras normas”, según Jamie Favazza, portavoz de la empresa. Sin embargo, usuarios reportaron que aún se podía acceder a grabaciones explícitas con tan solo escribir términos de búsqueda sugeridos por la propia aplicación.
Meta anunció que marcará el contenido con la advertencia “sensible” y que eliminará cualquier material que glorifique o apoye el ataque. YouTube, por su parte, aseguró estar retirando grabaciones carentes de contexto, aunque aclaró que mantendría disponibles fragmentos que aporten información noticiosa. En contraste, representantes de X guardaron silencio frente a las solicitudes de medios de comunicación.
Críticas y consecuencias
Activistas como Katie Paul, directora del Proyecto de Transparencia Tecnológica, sostienen que los sistemas actuales fallan de manera evidente: “Una cuenta de Instagram con la configuración para adolescentes activada debería restringir el tipo de contenido que un usuario joven puede ver. Sin embargo, al buscar ‘Charlie Kirk’, el primer resultado fue un video donde le disparan; es increíblemente problemático”.
El riesgo no es solo moral o político, sino también sanitario. Expertos médicos advierten que la exposición constante a imágenes traumáticas puede provocar “trauma vicario”, afectando la estabilidad emocional y física de quienes consumen este tipo de material. Mientras tanto, medios tradicionales mantienen filtros estrictos que impiden difundir escenas tan gráficas, recurriendo a desenfoques o ediciones para proteger a la audiencia, algo que las redes sociales aún no logran replicar.
La controversia se amplifica porque más de la mitad de los adultos en Estados Unidos admiten obtener parte de sus noticias a través de redes sociales, donde los límites editoriales prácticamente no existen. La pregunta es si las compañías asumirán finalmente una responsabilidad mayor o si continuarán reaccionando tarde, después de que el daño ya esté hecho.
En este contexto, la comunidad latina en EE. UU., que depende en gran medida de redes sociales para informarse y mantener contacto con familiares en el extranjero, enfrenta un riesgo adicional: la exposición a este tipo de contenidos sin filtros puede generar miedo, ansiedad y desconfianza en plataformas que, paradójicamente, también son su principal fuente de conexión y noticias.
Canadá ha actuado al respecto: ¿Ha sido beneficioso?
En junio de 2023 Canadá aprobó la Online News Act (Bill C-18), una ley que obliga a gigantes tecnológicos como Facebook y Google a pagar a los medios por difundir sus contenidos. Como respuesta, Meta bloqueó desde finales de julio de 2023 todas las noticias en Facebook e Instagram dentro del país, evitando mostrar enlaces o publicaciones de medios locales y extranjeros.
El impacto fue inmediato: estudios estiman que los medios canadienses perdieron unos 5 millones de vistas diarias en Facebook, con mayor daño para los portales pequeños que dependían del tráfico en redes sociales. Aunque Meta asegura que el uso de sus plataformas se mantuvo estable, se criticó que la medida afectó la difusión de información clave durante emergencias como incendios forestales.
El objetivo de Canadá es garantizar ingresos justos para los medios y frenar el poder de las grandes plataformas sobre la información. Como presión adicional, varias provincias y el propio gobierno federal suspendieron su publicidad en Meta, dejando claro que la disputa aún no está resuelta y que los resultados a largo plazo siguen en debate.
A pesar de todo, hay un importante resultado en las personas: Al limitar el acceso directo a contenidos informativos en redes sociales, se empuja a los usuarios a consultar fuentes oficiales o portales periodísticos de manera más directa, lo que podría fortalecer la calidad del debate público y disminuir la dependencia de algoritmos que priorizan el sensacionalismo por encima de la veracidad.
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