¿Qué hay detrás de este gran salto? Más que un titular llamativo, el metal se ha convertido en termómetro de un mundo agitado: inversores buscando refugio, bancos centrales reforzando reservas y un mercado que celebra recortes de tasas mientras teme a la inflación y a la incertidumbre política.
Los precios del oro superaron por primera vez los $4,000 este martes, en medio de una búsqueda acelerada de refugios ante la volatilidad geopolítica, la incertidumbre económica y una inflación que no cede.
Los futuros del metal precioso se negociaban en $4,005.80 por onza. En lo que va del año, el oro acumula un alza superior al 50%, mientras el presidente Donald Trump sacude el orden comercial global y pone en entredicho la independencia de la Reserva Federal.
Tanto los bancos centrales como los inversionistas minoristas están incrementando sus compras. Para los gobiernos, el oro actúa como cobertura frente al riesgo de sanciones de EE.UU.; para los consumidores, como escudo frente al encarecimiento de precios.
El repunte se aceleró tras el recorte de tasas de la FED en septiembre, y el mercado descuenta otros dos ajustes a la baja antes de fin de año.
Aun así, el lunes Bank of America pidió prudencia a sus clientes ante la escalada hacia los $4,000. La entidad advirtió que el metal podría estar entrando en una fase de “agotamiento del impulso alcista”, lo que abriría la puerta a una etapa de consolidación o incluso a una corrección durante el cuarto trimestre.
Invertir en oro cuando está arriba de $4,000 por onza es, sobre todo, una forma de proteger tus ahorros: ayuda contra la inflación, los conflictos en el mundo y cuando el dólar se debilita. Si decides entrar, hazlo poco a poco, no pongas más del 5%-10% de tu dinero total y no te quedes solo con oro. Puedes hacerlo con fondos que se compran en bolsa y siguen el precio del oro (son fáciles de comprar y vender), con monedas o lingotes (requieren guardado y quizá seguro) o con acciones de mineras (más volátiles). Siempre revisa comisiones, la diferencia entre precio de compra y venta y otros costos.
Para la comunidad hispana en EE.UU., el oro puede ser “ahorro duro” que resguarda patrimonio ligado a metas como vivienda y educación. La clave está en comprar a distribuidores acreditados, comparar comisiones, evitar esquemas informales y priorizar liquidez (ETFs). El oro no paga renta; así que lo mejor será complementarlo con ahorro disciplinado y educación financiera.
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