El día había iniciado con euforia: el S&P 500 rozaba nuevos máximos y el apetito por riesgo parecía intacto, sin embargo, bastó un mensaje en Truth Social para girar el timón. En minutos, las pantallas se tiñeron de rojo, los algoritmos aceleraron ventas y los gestores cambiaron de postura: preservar liquidez, reducir exposición cíclica y reforzar coberturas.
Ventas forzadas y señal de pánico
Bespoke Investment Group estimó que, tras la amenaza de un “aumento masivo” de aranceles a China y controles a “todo software crítico”, se evaporaron cerca de $2 billones de capitalización.
El S&P 500 cayó 2.71%; el Nasdaq cedió 3.56%; y el Dow Jones perdió 878.82 puntos (-1.9%) hasta 45,479.60, su peor sesión desde abril. El índice de volatilidad CBOE superó 22, reflejando compras urgentes de protección. La tecnología lideró la liquidación por su exposición a Asia y a insumos estratégicos: Nvidia retrocedió cerca de 5%, AMD casi 8%, Tesla 5% y Apple 3%. La banca también sintió el golpe, con descensos superiores a 2% en grandes entidades, mientras defensivos como consumo básico resistieron mejor. El crudo estadounidense cayó ante temores de menor demanda.
Choque geopolítico y efecto dominó
Pekín endureció licencias para exportaciones que contengan tierras raras, metales clave para semiconductores, defensa y vehículos eléctricos. El mercado tiene previstas fricciones más largas y el posible fracaso de un encuentro con Xi durante APEC. Al ruido externo se sumó el cierre del gobierno de EE. UU. que alcanza su día 10, mientras el Senado continúa encallado en la financiación, un telón que alimenta la aversión al riesgo.
Las pérdidas del viernes borraron la ganancia semanal: S&P 500 -2.4%, Nasdaq -2.5% y Dow -2.7%. Con las megacapitalizaciones pesando más que nunca en los índices, cada shock arancelario amplifica la volatilidad y encarece el capital para proyectos intensivos en hardware y nube. El anuncio adicional de aranceles de 100% y controles más duros a exportaciones de “software crítico” elevó la incertidumbre para líderes de inteligencia artificial y proveedores de chips, justo cuando el ciclo inversor en centros de datos parecía imparable. En el muy corto plazo, la consigna es prudencia: caja, balances sólidos y disciplina en riesgo.
El juego del miedo beneficia a un puñado mientras los novatos son simples víctimas del pánico
En cada arrebato arancelario de Trump, los pequeños y novatos suelen reaccionar con pánico: venden en mínimos, activan “stop losses” y confirman la caída. La falta de liquidez y de plan los deja fuera justo cuando el rebote empieza.
Al otro lado, manos expertas y grandes acaparadores esperan la capitulación, compran activos de calidad con descuento y se benefician del retorno del apetito por riesgo. Con carteras diversificadas, cobertura y paciencia, transforman la volatilidad en oportunidad. Familias comunes asumen pérdidas por miedo y al mismo tiempo un puñado de millonarios capitaliza la angustia y marca el ritmo del siguiente tramo alcista.
No te pierdas la señal en vivo de Comercio TV aquí y mantente al día en la actualidad financiera








