Los esfuerzos de reconstrucción de Turquía y Siria tras los devastadores terremotos, costarán “miles de millones de dólares”, según afirmó Ferid Belhaj, vicepresidente del Banco Mundial (BM) para Medio Oriente y África del Norte.
“En Turquía, hemos comprometido alrededor de $1,800 millones de dólares”, dijeron este lunes representantes de la entidad a la CNBC en el World Government Summit en Dubai. “Esto se debe a que ya teníamos una cartera en Turquía, también proyectos y pudimos reutilizar algunos de los fondos”.
La Confederación Turca de Empresas y Negocios estima que los terremotos gemelos provocaron pérdidas totales valoradas en casi $84.1 mil millones, según se dijo en el informe de evaluación del desastre. Comparativamente, el terremoto de Mármara en 1999, que golpeó la ciudad de Izmit y mató a más de 17,000 personas, generó pérdidas por $51,100 millones.
Los costos de reconstrucción están destinados a reforzar los problemas de la economía turca, que se ha visto constantemente sacudida por la hiperinflación y las controvertidas políticas monetarias del presidente Erdogan.
“Turquía, ya sabes, ha demostrado ser resistente en los últimos ´muchos´ años. Tuvieron altibajos y fueron capaces de manejarlos”, dijo el vicepresidente del Banco Mundial, al tiempo que arrojó una perspectiva más sombría sobre Siria, golpeada desde años antes por las sanciones. “Que esta tragedia caiga sobre el pueblo de Siria, además de todas las tragedias que esta misma gente ha estado soportando en los últimos 10 o 15 años, es realmente terrible”, subrayó, instando a la solidaridad mundial tanto con Damasco como con Ankara.
“Tener dinero a través de agencias de la ONU, sería muy importante y estratégico, y el banco hará todo lo posible para garantizar que en Siria se cumpla nuestro papel”.
El BM pretende ayudar al gobierno en Damasco por intermedio de una iniciativa de Evaluación Rápida de Daños y Necesidades, similar a lo hecho en Ucrania.
Siria ha tenido un acceso más limitado al apoyo occidental que su vecino miembro de la OTAN. La Unión Europea sostiene que el régimen del presidente Bashar Assad solo solicitó asistencia formalmente el miércoles pasado. El primer paquete humanitario de la ONU llegó a Siria el 9 de febrero, cuando EEUU también emitió una exención de 180 días de sus sanciones para transacciones relacionadas con el alivio del terremoto.
Martin Griffiths, subsecretario general de asuntos humanitarios y coordinador de ayuda de emergencia de la ONU, reconoció el domingo la respuesta insatisfactoria de la coalición en Siria:
“Hasta ahora le hemos fallado a la gente en el noroeste de ese país. Con razón se sienten abandonados. Buscan ayuda internacional que no ha llegado”, dijo en Twitter.
“Mi deber y nuestra obligación es corregir esta falla lo más rápido que podamos. Ese es mi enfoque ahora”.
Raed al-Saleh, líder del grupo voluntario no gubernamental Cascos Blancos que ha estado ayudando en los esfuerzos de rescate principalmente en los territorios de Siria controlados por la oposición, dijo el 12 de febrero en las redes sociales que se había reunido con Griffiths y “agradecemos la disculpa” por las deficiencias y los errores. Reconocer esto es el comienzo del camino correcto”.