El cierre inminente de la icónica tienda de Macy’s en Union Square, San Francisco, ha generado debate sobre las causas detrás de esta decisión.
Mientras que el alcalde London Breed argumenta que la reducción de la delincuencia no está relacionada con la clausura, los empleados de la tienda afirman lo contrario. Según ellos, el robo desenfrenado ha sido un factor determinante. Productos como chaquetas, carteras y ropa interior son los artículos más frecuentemente sustraídos.
Algunos empleados culpan a la Proposición 47, aprobada por los votantes de California en 2014, que reclasificó ciertos delitos no violentos como delitos menores. Demandan un liderazgo más enérgico por parte de las autoridades locales para abordar este problema y procesar a los delincuentes.
Además, señalan que los ladrones suelen apuntar a marcas específicas y pueden clasificarse en dos grupos: consumidores de drogas que buscan artículos específicos para vender y adolescentes que realizan ataques de robo en equipo.
Los empleados también expresaron preocupación por las pérdidas millonarias sufridas debido al robo constante.
Aunque Macy’s ha anunciado su intención de cerrar alrededor de 150 tiendas como parte de una nueva estrategia para modernizarse y mejorar la experiencia del cliente, aún no se ha tomado una decisión final sobre ciertas ubicaciones específicas.
Este cierre resalta los desafíos que enfrentan las grandes cadenas minoristas en medio de la delincuencia y la cambiante dinámica del mercado minorista.